Arabia Saudí proyecta regar sus desiertos con icebergs

Arabia Saudí estudia la posibilidad de abastecerse con agua procedente de icebergs transportados previamente desde los polos. El lunes fue confirmada la existencia de un proyecto para trasladar icebergs desde el océano Antártico hasta el reino de los desiertos áridos, donde el hielo se derretiría en agua útil para beber y regar. El príncipe Mohammed Faisal, sobrino del rey Khalid, presidente de la corporación saudí de conservación de agua salina, declaró que el proyecto está en estudio por parte de una firma de ingeniería francesa, Cicero CO.Los ingenieros franceses comenzarían el trabajo a finales de año si se firma el contrato. Según François de Broglie, portavoz de Cícero, existe el proyecto de arrastrar un primer iceberg de 85 millones de toneladas a través de una distancia de 8.000 kilómetros, pasando por el océano Índico y el mar Rojo, a un costo de 6.000 millones de pesetas.

El iceberg sería arrastrado por media docena de los más poderosos remolcadores existentes, similares a los utilizados para remolcar plataformas para prospecciones petrolíferas. La velocidad del transporte sería de un nudo por hora. El viaje duraría entre seis meses y un año. La poca velocidad reduciría al mínimo la fricción y con ello la pérdida de agua. El iceberg sería protegido contra el agua, las olas, las corrientes y el sol mediante unas envolturas plásticas de dieciocho pulgadas de espesor. No obstante, se perdería un 20 % del volumen del iceberg.

Agua a buen precio

El agua saldría a unos cincuenta centavos el metro cúbico (unas 35 pesetas), que es la mitad del precio de lo que cuesta, salinizando el agua del mar.Hay varios problemas en el transporte. Uno de ellos consistiría en que el tipo de iceberg escogido se extendería 250 yardas por debajo del nivel del mar, mientras el estrecho de Bab el Mandeb, a la entrada del mar Rojo tiene una profundidad inferior a las cuarenta yardas. Se ha propuesto subsanar el problema cortando el iceberg en rebanadas de un millón de toneladas cada una, lo que se podría hacer mediante un taladro térmico, utilizando alambres calentados por electricidad e introducidos en el iceberg. Estas secciones resbalarían en el agua de una en una y se podrían remolcar mucho más deprisa hasta su punto de destino, próximo a Jidda,

El hielo se conservaría así hasta su fusión, lo que podría suponer unos dieciocho meses. Encima de cada pequeño iceberg se formarían pequeños lagos de hielo derretido. Este agua se podría bombear mediante tuberías flotantes hasta tanques de reserva en la playa.

El proyecto plantea diversos problemas. Hay que elegir el iceberg adecuado, del tamaño correcto y rectangular, de forma que no se incline al ser remolcado. La selección debe hacerse mediante satélite. Después hay que comprobar la solidez del iceberg, el que no tenga grietas y fisuras, lo que podría efectuarse mediante instrumentos de sonar trasladados al lugar en helicóptero.

La envoltura plástica habría de fijarse por encima del iceberg pasándola por debajo y alrededor del mismo. La trayectoria se escogería hacia el, noroeste girando después hacia el nordeste trazando una larga curva hacia el sur del océano Indico, después hacia el noroeste y arriba hacia el golfo de Aden. Otros problemas que se plantearían son de orden meteorológico y glaciológico, lo que es una forma de decir que nadie sabe exactamente cómo se comportará el iceberg fuera de su habitat habitual.