Dos mundos juntos
Narrativa. Un viaje aéreo de Bilbao a Nueva York realizado en el otoño de 2008 sirve para articular la novela con la que Kirmen Uribe obtuvo el Premio Nacional de Narrativa 2009, Bilbao-New York-Bilbao. Tal motivo, en sí mismo casi insignificante, le permite al narrador (figura que es un claro trasunto del autor) registrar el presente que le rodea (un paisaje exterior casi todo él anónimo, y anodino y previsible) y, al par, abrir estas páginas al mundo de la memoria y los recuerdos, personales -"buscamos restos de cosas en nuestro interior"-, familiares y colectivos, introduciendo así un buen número de historias y pequeños sucesos, de personajes y de vidas que se relacionan entre sí a partir de una polaridad muy interesante. Si titulo esta reseña "Dos mundos juntos" es por anticipar la ley compositiva de Bilbao-New York-Bilbao, cuyo proceso de escritura también queda evocado en breves pasajes de índole metanarrativa. Si en Las Meninas Velázquez pinta lo que hay detrás de un cuadro y nos muestra cómo se pintaba un lienzo en su época, revelando el artefacto, también el narrador-autor desvela los distintos pasos que se dan en la escritura de una novela y nos cuenta cómo la ha ido escribiendo, incluidas las dudas y las posibilidades desechadas. Uribe parte de un propósito muy concreto, novelar el mundo familiar (en especial la rama paterna) persiguiendo inicialmente descubrir un enigma -por qué el barco del abuelo Liborio se llamaba Dos amigos-, convencido de que tras ese dato se ocultaba algo -acaso una novela sobre el mundo del mar y de los pescadores-, o simplemente contar un suceso chocante: de cómo su abuelo, al saber que le quedaban unos meses de vida, lleva a su nuera al Museo de Bellas Artes de Bilbao y le muestra el mural que Aurelio Arteta pintó para el salón de la casa del arquitecto Ricardo Bastida en el verano de 1922, un cuadro donde se aprecia "el paso del mundo antiguo al nuevo", el contraste entre el mundo rural y agrario y el mundo urbano y moderno. La polaridad Modernidad y Tradición, Burguesía y Pueblo, Arte y Artesanía u Oficio... articula estas primeras páginas de la novela, mostrando la coexistencia de dos mundos diversos, que se juntan y a la vez se excluyen. Dos mundos que recorren un siglo -desde el naufragio de 1908 al otoño del presente narrativo- y se extienden desde Bilbao a Nueva Cork o desde Ondarroa a la isla de Rockall, donde faenan los marineros vascos. La polaridad es la línea axial de toda la obra, ramificada hasta posibilidades incalculables, pues en su investigación el narrador irá haciendo acopio de un buen número de materiales de todo tipo -cartas, diarios, filmaciones, fotos, leyendas populares, testimonios orales, recuerdos, poemas, información procedente de Internet- que se ensamblan en la novela al modo de un collage, y vertebran un relato en el que la fragmentación y la yuxtaposición y la alternancia tienen sus notas más destacadas. Así, lo que en una típica novela-saga al modo del siglo XIX daría lugar a un volumen de unos cuantos cientos de páginas, en Bilbao-New YorkBilbao la historia de tres generaciones distintas de una misma familia queda reducida a lo esencial, dejando que el lector componga -o recomponga y ordene- la línea del continuum argumental o intuya o complete o desarrolle algunos episodios de los que se muestra sólo lo esencial. Como en Las Meninas, "la propia novela no aparecería en la novela". Kirmen Uribe trabaja con los materiales de la tradición propia sin renunciar a incorporarle lo legado por otras o los nuevos procedimientos del presente en el que vive, que en última instancia servirán para abrir las ventanas de esa casa. -
Bilbao-New York-Bilbao
Kirmen Uribe
Traducción de Ana Arregui
Seix Barral. Barcelona, 2010
207 páginas. 19 euros
19 euros. En gallego: Xerais. Vigo, 2010. Traducción de Isaac Xubín. 208 páginas. 17 euros.
Bilbao-New York-Bilbao. Original en esukera publicado por Elkar. San Sebastián, 2008. 237 páginas. 18,55 euros. En catalán: Edicions 62. Barcelona, 2010. Traducción de Pau Joan Hernàndez. 192 páginas.
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