Un día de sol junto al mar

Componer y grabar un disco en una ciudad como Gijón, donde llueve 300 días al año, afecta. Los grises y las nubes pueden colarse en los surcos del vinilo. Sin embargo, a Pauline en la Playa, o, lo que es lo mismo, a Mar y Alicia Álvarez, su quinto trabajo les ha quedado "positivo, feliz, luminoso". Y eso que es el primero que elaboran íntegramente en su ciudad natal. También el primero que graban con la discográfica Siesta, tras una década con Subterfuge. Física del equipaje mantiene ese punto melancólico que identifica al grupo, pero se desarrolla reconfortante. En las antípodas de su anterior trabajo, Silabario, publicado hace ya cuatro años. "Era más introspectivo, muy bucólico. Estábamos en una época dura pero que tuvo sus ventajas. Componer cuando estás hecha un trapo es más fácil porque te salen los temas como churros", apunta Mar. Ahora están felices: "Todo el mundo se ha dado cuenta". Ya lo cantan en el estribillo de Quién lo iba a decir: "Es que no hay más que vernos".

Lo que no cambia -ni en la alegría, ni en la tristeza- es el mimo que ponen estas dos ex undershakers a la hora de escribir. Líneas muy visuales, llenas de metáforas. "La letra está integrada como un instrumento más. Nos gusta jugar con la sonoridad de las palabras. Escogerlas. No nos preocupamos sólo de contar una cosa, sino de cómo la vamos a contar", explica Alicia. Así, una frase suelta desencadena un tema entero. Como cuando "tú que me aliñas como una ensalada" hace brotar La siesta, la séptima pista del disco.

Siempre en busca de una vuelta poética que no naíf. Un adjetivo con el que no se identifican, aunque haya sido utilizado 100 veces para definirlas. "Una cosa es que nuestro trabajo sea bonito, dulce o un punto cándido. Pero no es inocente, ni pueril, porque Pauline tiene mucho trasfondo e ironía. Lanzamos nuestras pullitas", se defiende Mar. Y en Física del equipaje, sus pullitas bailan, por primera vez, al son de compases folk. Cosas de volver a Gijón y grabar sólo con músicos asturianos, argumenta Alicia. "Se nos presentó la posibilidad de trabajar con instrumentos como el acordeón diatónico o la zanfona. Nos picó el gusanillo y probamos". El resultado serpentea delicado en Esos besos. Ni puristas, ni acomodadas. A lo largo de su discografía, las hermanas Álvarez han coqueteado con el blues, el jazz y hasta el bolero, trayendo, de forma sutil, los lenguajes o los arreglos de estos estilos al suyo, el pop. "Escuchamos muchos tipos de música y nunca decimos: 'Eso no pega con Pauline'. No tenemos prejuicios, pero no somos un grupo de fusión. Lo que hacemos es coger un aire, un detalle, e integrarlo en un pedacito de canción donde creemos que puede casar bien". Probar, jugar, arriesgar. Vivir de otras cosas que no son la música les permite hacer, "más o menos", lo que les da la gana dentro de la música. Cuando no son Pauline, Alicia es periodista y Mar trabaja en una agencia de publicidad. Gracias a su "personalidad secreta", eligen dónde tocar y cuándo. Y si se les mete en la cabeza grabar en analógico, van al estudio de un colega, Jorge Explosión (líder del grupo Doctor Explosión), y lo hacen en una mesa de 24 pistas y con cinta. "Todo el recorrido que hace la señal va por válvulas. Eso le imprime carácter, pero es complejo técnicamente. Lo mejor es que el resultado es más parecido al directo". El suyo arranca en Logroño, el 17 de abril, en la sala Biribay Jazz Club. -

Física del equipaje. Pauline en la Playa. Siesta. www.paulineenlaplaya.com.