Al pop se le paró el corazón
Un infarto acaba en Los Ángeles con la vida del autor de 'Thriller'
Al pop se le paró el corazón a las 12:26, hora de Los Ángeles. En ese minuto el teléfono de emergencias recibió una llamada: Michael Jackson había sufrido un paro cardiaco en su casa de Bel-Air y no respiraba. Tres vehículos de los servicios de urgencias respondieron a la petición de auxilio de un miembro del servicio del rey del pop con la esperanza de reanimar al cantante. Dentro de la mansión se iniciaron los primeros auxilios. "Fue como vivir un momento histórico", dijo una de sus vecinas. Desde el pasado mayo, Jackson vivía en Bel-Air, cuando alquiló un palacete estilo francés de siete dormitorios y 13 cuartos de baño. Esta vecina, como el resto del barrio, se enteró de la noticia cuando la policía cortó el tráfico para dejar salir a las ambulancias. Desde las aceras, los turistas, fauna habitual del exclusivo vecindario, disparaban sus cámaras "por si había suerte".
En el interior de una de las ambulancias iba un músico sin el que no se puede entender la historia del pop. Billie Jean o Thriller convirtieron a este artista nacido en Gary (Indiana), en 1958, en el mayor superventas de la historia de la música. Veintisiete años después de aquel éxito rotundo, que también revolucionó el mundo audiovisual con el legendario vídeo que llevó durante casi quince minutos un baile de zombis magistral a las televisiones, Michael Jackson aún es el artista estadounidense que mayor número de discos ha vendido: 750 millones de álbumes en todo el mundo, un hito de la historia de las discográficas, para las que estrellas como Jackson ya nunca generarán los mismos ingresos.
Según Steve Ruda, portavoz de los servicios de emergencia que asistieron a Jackson, la ambulancia sólo tardó seis minutos en llegar al centro médico UCLA Ronald Reagan. Pero los esfuerzos fueron en vano. El primer indicio lo dio LaToya Jackson cuando salió por la puerta de urgencias con su rostro cubierto. Su madre, Katherine, también estaba con él. A las 3:15 hora local -nueve horas más en la España peninsular- la muerte de Michael Jackson se confirmaba oficialmente. Para ese momento cientos de periodistas y fotógrafos estaban a la puerta del hospital.
Así desaparecía un artista marcado por su talento musical, sí, pero también por sus excentricidades. Primero fue la burbuja de oxígeno en la que pasaba largas temporadas para ralentizar el proceso de envejecimiento. Después los rumores de que intentaba dejar de ser negro y volverse blanco. Fue víctima de un incendio, que le desfiguró parte de la cara, y según aseguraban sus allegados, le volvió especialmente paranoico.
Después compró su rancho Neverland, donde construyó una especie de paraíso para niños a los que invitaba a su casa constantemente. Hasta que llegó la primera acusación de abuso de menores en 1993, saldada con un acuerdo multimillonario. Su reputación quedó tocada para siempre. Y una década más tarde, en 2005, cuando otra familia le acusó de lo mismo, no pudo salvarse del escarnio público que produjo un largo proceso judicial que cercenó no sólo su salud física sino, según sus allegados, también su salud mental. Consiguió que le declararan inocente, pero sirvió de poco: la prensa se cebó con él y tras el juicio, desapareció de la vida pública para enclaustrarse en el reino de Bahrein con sus tres hijos. Después de cuatro años de ausencia, tenía previsto volver a los escenarios el 13 de julio en Londres.
Y por eso descansaba en su mansión angelina. El acordonamiento de la zona del hospital repercutió en el tráfico en las principales arterias de la ciudad. Twitter también se vio colapsado por la noticia. "No, oh dios mío", escribió otra reina de las revistas de cotilleos, Lindsay Lohan, incrédula ante el fallecimiento de este eterno Peter Pan. El actor y humorista Marlon Wayans -figura de la comunidad afroamericana- también hizo llegar sus plegarias a la familia de Jackson cuando todavía ni su padre, Joseph, ni la mayor parte de sus hermanos había podido llegar a su lado. "Sin él no sería lo que soy", dijo Ludacris. "He perdido a mi hermano pequeño. Un trozo de mi alma se ha ido con él", declaró el productor y amigo Quincy Jones, junto con quien hizo posible su mayor éxito, Thriller. "La divinidad unió nuestras almas", resumió Jones, devastado por lo que sólo describió como una noticia "trágica e inesperada".
Los homenajes se extendieron en el otro extremo de la ciudad, en el Paseo de las estrellas, donde los aficionados convocaron por Internet una vigilia junto a la estrella que lleva el nombre de este artista. Una reunión confusa porque la auténtica estrella de Jackson estaba tapada por el estreno de Brüno, la comedia de Sacha Baron Cohen. Muchos de los fans se congregaron, entonces, en otra estrella, la dedicada a Michael Jackson... pero era la de un locutor de radio del mismo nombre. Hasta en su luto pudo la confusión y la excentricidad.
Medio siglo de enormes éxitos y rotundos fracasos
EL POP POR DELANTE, 1968.
"A, B,C, 1, 2, 3, Do Re, Mi", cantaba el pequeño Michael. El mundo descubrió a Jackson 5 como el epítome del Sonido de la joven América del sello Motown. Los cinco fueron un gran éxito. Él, séptimo de nueve hijos, sufrió, como los demás, los maltratos de un padre que quiso hacer de su talentosa prole un enorme negocio.
'OFF THE WALL', 1979
Uno de sus mejores discos gracias a la fructífera asociación con el productor Quincy Jones. Cumplidos los 21 años, Michael Jackson rompió con Joseph, padre y representante, para volar solo. Veinte millones de ejemplares vendidos y una vigencia aún intacta avalan el álbum y la decisión.
'THRILLER', 1982
Llegó a vender un millón de copias por semana. El pop eligió a su rey el mismo día en que este disco, virtualmente el más difundido de todos los tiempos y realmente impecable, se publicó. La inspiración del más allá llegó con los zombies que protagonizaron el videoclip de Thriller, acaso el más famoso de la historia.
UN PASEO POR LA LUNA, 1987
Michael Jackson se reveló como una máquina de éxitos en cadena y se afianzó como un extraordinario bailarín con Bad, otro gran álbum. En esta época, medio planeta imitaba su inmortal paso moonwalk. Así, como un paseo por la luna, se llamó su autobiografía, publicada en 1988.
AÑOS NOVENTA, EL CIRCO
Sus discos del principio de la década se vieron eclipsados por las fantásticas historias de aclaramiento cutáneo, las terribles acusaciones de abusos de menores acaecidos en el rancho Neverland, amistades como la de Liz Taylor y el improbable matrimonio con Lisa Marie Presley, hija de Elvis.
BERLÍN, 2002
El mundo, demasiado acostumbrado a los desmanes de Jackson, a menudo oculto tras una mascarilla, asistió perplejo al espectáculo que ofreció desde el balcón de un hotel de Berlín, cuando colgó a uno de sus tres hijos en el vacío. De su pasado genio musical, seguíamos sin noticias.
JUICIO POR PEDERASTIA, 2005
Pese a que fue acusado en 1993 de abusos a menores, no fue hasta 2005 que Michael Jackson acudió a un tribunal para responder por su particular forma de entender la amistad con los niños. Fue absuelto de los cargos. Al resto de sus adicciones (quirúrgicas) se unió en esta época una dependencia a la morfina.
ÚLTIMAS NOTICIAS
Su personaje estrafalario hizo olvidar al músico y al extraordinario bailarín hace mucho tiempo. Y sin embargo Michael Jackson anunció en un gesto sin precedentes en el pop que ofrecería 50 conciertos en Londres para una audiencia de un millón de personas. Un récord, el último de su larga lista, que nunca batirá.
Babelia
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