Estilo Gatti
Hasta ahora nunca había querido exponerse. Oculto tras el éxito de amigos como Pedro Almodóvar, Sybilla, Jesús del Pozo o Elena Benarroch para los que ha trabajado durante décadas creando gran parte de su imagen de marca, Juan Gatti (Buenos Aires, 1950) ha decidido convertirse en "mediático" o lo que es lo mismo protagonizar dos exposiciones casi al mismo tiempo. Él, que siempre se ha mostrado contrario a las galerías y al arte minoritario, debuta el 16 de septiembre en la madrileña Fresh Gallery con Ciencias naturales, una exposición con 25 collages de naturaleza y del cuerpo humano. La idea nació a mediados del año pasado cuando Almodóvar le encargó unas imágenes para ambientar la consulta del médico que protagoniza La piel que habito, su última película. Una vez concluido ese trabajo, Gatti, que se confiesa un "obsesivo", sintió que debía seguir jugando con los cambios de colores aplicados a la taxonomía de las plantas y los animales del mundo. En paralelo surgió otro proyecto: una exposición antológica de su carrera que se inaugurará en noviembre y en la que presentará por primera vez A contraluz, su trabajo más personal nunca visto hasta ahora.
Autor del diseño gráfico de películas como Mujeres al borde de un ataque de nervios o Volver y diseñador de algunas de las portadas de Tequila, Mecano o Dinarama, su exitosa carrera artística siempre se ha movido entre dos polos tan opuestos como las fantasías hollywoodienses y la escuela Bauhaus. "Tengo un lado muy racionalista y otro muy cercano al pop y al glam", cuenta en su céntrico estudio madrileño, ubicado en un callejón al que se accede por un recoleto jardín donde mandan los arces. Esa dicotomía ha acompañado toda su carrera, desde que empezó retratando a los roqueros argentinos de los setenta hasta su reciente encargo, como director creativo de Kenzo.
Tiene alma de alta costura y espíritu de cazador. Como parte de esa bipolaridad en la que se mueve, sus musas declaradas son Bimba Bosé y Alaska. Todo en la vida de Gatti tiene relación con el diseño y moda. Hijo de diseñadora de moda, creció entre patrones y desde niño empezó a dibujar compulsivamente. "Trabajo para mí pero siempre pienso en la gente. Me gusta seducir y uso mi arte para que me quieran", añade. Trabajador compulsivo, confiesa que de todo lo que ha probado "el trabajo es lo que más satisfacción me da, aunque en ocasiones me veo obligado a frenar en seco en busca de un poco de vida privada".
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