La investigación del espionaje político sigue abierta a nuevos implicados
En libertad con cargos Antton Zubiaurre, ex director de Sprilur, y su ex chófer
La investigación judicial abierta a la trama que presuntamente se dedicaba a espiar a altos cargos del actual Gobierno tiene los visos de culminar con la aparición de nuevos implicados en este caso. A la espera del resultado que ofrezcan las averiguaciones que se siguen practicando al respecto, un juzgado de Bilbao mantiene los cargos contra el ex director de Sprilur (la sociedad pública del Ejecutivo que gestiona los suelos industriales) y ex alcalde de Mendaro por el PNV, Antton Zubiaurre, quien fue detenido el pasado viernes por la mañana en el domicilio particular que tiene en la citada localidad. Zubiaurre, militante peneuvista y responsable de la sociedad Sprilur entre 1999 y 2007, durante la etapa de Juan José Ibarretxe como lehendakari, se acogió a su derecho a no declarar ante la autoridad judicial y fue puesto en libertad con cargos. Está acusado de participar en la red que supuestamente había pirateado los ordenadores de la SPRI con la finalidad de acceder de forma ilegal al contenido de los equipos informáticos y controlar la información de los correos electrónicos.
El PP apunta que la trama afecta a personas vinculadas al PNV
Las imputaciones y las investigaciones están bajo secreto sumarial
La inspección de la vivienda y su Porsche duró más de dos horas
La detención de Zubiaurre se produjo tras la denuncia por supuesto espionaje industrial interpuesta a comienzos de este año por la propia Sprilur, donde habían detectado que una o varias personas estaban accediendo a sus correos electrónicos sin autorización y utilizando la información obtenida.
La vigilancia fraudulenta se llevaba a cabo desde fuera de las dependencias de la SPRI, después de manipular los equipos informáticos de los altos cargos de Industria, renovados desde la llegada de los socialistas al Gobierno en mayo del año pasado.
En la misma causa también podría estar implicado el ex chófer de Zubiaurre, Iñaki Urrutxua, quien tras la llegada del nuevo equipo directivo de la SPRI fue recolocado en tareas comerciales debido a que el actual director de la sociedad pública, Tomás Orbea, renunció a contar con un conductor personal. El ex chófer también iba a ser detenido por la policía, pero decidió presentarse voluntariamente en el juzgado. Se desconoce el contenido exacto de las imputaciones contra quienes, por el momento, son los dos únicos inculpados, dado que la autoridad judicial ha declarado secreto el sumario. No se descarta que entre las personas que han podido intervenir en este supuesto espionaje se encuentren trabajadores de la sociedad pública dependiente del Departamento de Industria.
Tras conocerse estos hechos, el PP fue el único partido en pronunciarse al respecto. El secretario general del PP de Álava, Javier de Andrés, se refirió a este caso como una continuación de otras supuestas tramas de corrupción que afectan a personas vinculadas al PNV, como el caso De Miguel o el caso Margüello. De Andrés aseguró que son un ejemplo de "lo que hay detrás del PNV". "Éstos son quienes nos daban lecciones de patriotismo; el patriotismo de su cartera", censuró.
El líder de los populares alaveses afirmó que esta no es la primera ocasión en la que desde las filas peneuvistas se actúa de esta forma, ya que "ya se espió" a Carlos Garaikoetxea en la época de la escisión de EA. Este modo de proceder, a su juicio, se debe a que el PNV "actúa como si el País Vasco fuera su batzoki".
La irrupción del caso Zubiaurre -el segundo gran escándalo que salpica al PNV tras su salida del Ejecutivo autónomo- coloca en una delicada situación política al partido que dirige Iñigo Urkullu. Esta operación se suma a la que se instruye en un juzgado de Vitoria por una presunta trama de comisiones ilegales en la compraventa de terrenos en el Parque Tecnológico de Miñano y en otros oscuros negocios empresariales. Como principal imputado de la misma figura el ex diputado foral alavés Alfredo de Miguel.
De 'poteo' con el acusado Zubiaurre
Antton Zubiaurre se paseaba ayer por la plaza de Mendaro, su localidad natal, "como si no pasara nada", según señalaron vecinos del municipio. La víspera había sido detenido en su propia casa bajo la acusación de participar en un presunto espionaje informático a los actuales responsables de Sprilur, la sociedad pública que él mismo dirigió entre 1999 y 2007.
Testigos presenciales aseguraron a este diario que un equipo de seis agentes de la Ertzaintza se presentó el pasado viernes a las 7.00 en el domicilio de Zubiaurre. Después de que inspeccionaran la vivienda y el interior de su Porsche, a las 9.30 le llevaron detenido en un vehículo policial hasta el juzgado.
Por la tarde, una vez puesto en libertad con cargos, el que fuera alcalde de Mendaro entre 1991 y 1997 -también fue concejal de Urbanismo en el Consistorio en los periodos 1987-1991 y 1999-2001- regresó al pueblo, donde algunos vecinos pudieron verle "de poteo" con los amigos, con quienes posteriormente compartió una cena en una sociedad gastronómica. "Me imagino que quería aparentar que estaba tranquilo y dar la sensación de que no le preocupa la situación", confesó un paisano. Al parecer, a raíz de este asunto ha decidido trasladar su residencia al domicilio de un familiar muy cercano.
La alcaldesa de Mendaro, Irune Berasaluze, miembro del Euskadi Buru Batzar (EBB), no quiso realizar ayer ninguna declaración sobre la operación desarrollada contra Zubiaurre, y se remitió a las valoraciones que haga su partido. El ex regidor de Mendaro y director general de Sprilur no mantiene buenas relaciones con el PNV local y tampoco con los actuales responsables municipales, de su propia formación.
Fuentes municipales aseguran que Zubiaurre ha presentado "numerosas denuncias" contra expedientes ordinarios tramitados por la anterior corporación (en manos del grupo independiente MTI) y del actual equipo de gobierno peneuvista. Añaden que estas denuncias venían "a nombre de desconocidos". Por estos hechos, Zubiaurre ha sido demandado como presunto autor de un delito de denuncias falsas, un procedimiento que aún sigue vivo en los tribunales. Zubiaurre "ha tratado de hacernos la vida imposible" desde que dejó el ayuntamiento sin lograr su objetivo de recalificar unos terrenos familiares durante su etapa como concejal de Urbanismo, explican estas mismas fuentes.
La situación personal del ex director de Sprilur sufrió un importante deterioro como consecuencia del rocambolesco traspaso de su hijo Iban de la Real Sociedad al Athletic. Su empeño por vestirle de rojiblanco le llevó a burlar el contrato que tenía en vigor con el club txuriurdin, que apeló a la justicia y acabó pasándole una factura muy cara al futbolista. La familia Zubiaurre no ha remontado desde que tuvo que abonar 3,5 millones -el Athletic otros 1,5- a la Real.
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