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La imprevisión de Empleo entorpece la gestión de las ayudas sociales

Lanbide asume la Renta de Garantía antes de lo anunciado por Zabaleta

Durante los últimos 15 días de este año, nadie en Euskadi va a poder empezar a tramitar la solicitud de la principal ayuda social, la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), ni del complemento de vivienda. Al menos no de forma legal. La razón no es otra que la aplicación al pie de la letra de la reforma de la Ley para la Garantía de Ingresos y la Inclusión Social, que ha sido modificada para dejar en manos de Lanbide, el Servicio Vasco de Empleo, la gestión de ambas ayudas, que hasta ahora tramitaban Ayuntamientos y Diputaciones.

La norma, aprobada en el Parlamento el pasado 25 de noviembre, fue publicada en el Boletín Oficial del País Vasco el 12 de diciembre y especificaba que entraba en vigor al día siguiente, el 13 de diciembre. Ellos supone dos semanas antes de la fecha prevista por la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, que esperaba empezar a gestionar las ayudas en enero. Fuentes de Lanbide se escudaban ayer en que esa era una fecha "simbólica", pese a que Zabaleta la ha repetido en público numerosas veces, incluso en sede parlamentaria, para referirse al momento en que el Servicio de Empleo asumía la gestión de las ayudas sociales.

El problema radica en que en la norma aprobada no consta en ningún lugar que el cambio empezase en enero y Empleo no había previsto este adelanto. La conclusión es que los Ayuntamientos ya no pueden hacerse cargo de las nuevas solicitudes; si lo hicieran, incumplirían la ley, pues desde el 13 de diciembre no tienen competencias para ello. Lanbide, a quien corresponden, no tiene capacidad material para asumirlo.

El viernes, cuando la ley llevaba tres días en vigor, la consejera no hizo mención alguna a este inesperado adelanto en el Parlamento, pese a que habló de ello en el pleno de control.

Pocos se habían percatado de este cambio, aunque algunos, como el Ayuntamiento de Bilbao, acataron la ley desde el mismo día de su entrada en vigor. Un hecho ejemplifica ese desconocimiento: el pasado viernes estaba prevista una reunión de coordinación entre Lanbide y los servicios sociales de los consistorios para trabajar en la transición del modelo que, en teoría, se materializaría dos semanas después. Sin embargo, en la reunión hubo "sorpresa y desconcierto", según aprecian los técnicos y cargos políticos que acudieron a la misma. Y es que los representantes del Ejecutivo explicaron que la ley ya estaba en vigor -desde hacía tres días- y les solicitaron, según participantes en la cita, que siguiesen ofreciendo el servicio hasta finales de año. Al parecer, no eran los únicos que desconocían este extremo: directores de oficinas de Lanbide tampoco conocían que la gestión de las ayudas pasaría efectivamente a sus manos antes de enero, siempre según fuentes de los servicios sociales.

El Servicio Vasco de Empleo sostuvo ayer que todo marcha "según lo esperado" y que se encuentra en una fase de "transición" con los Ayuntamientos. Las Diputaciones tienen dos meses para traspasar los expedientes. Lanbide sí atiende a los perceptores o los solicitantes de ayudas sociales, pero lo hace dándoles una cita previa a partir de enero -ya se han cerrado 3.200- y remitiendo a los 56.000 perceptores actuales una carta de bienvenida.

En tierra de nadie hasta enero

El error y la falta de previsión en la materialización de la reforma de la Ley para la Garantía de Ingresos y la Inclusión Social han propiciado que los solicitantes de ayudas y algunos de los que ya las reciben queden en tierra de nadie durante 15 días, "los primeros", según responsables de los colectivos sociales, que apuntan a que la masiva afluencia de perceptores generará listas de espera.

La consejera de Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, ha anunciado que las 56.000 personas que reciben la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) deberán actualizar su expediente en Lanbide durante los primeros meses.

Las consecuencias ya se están dejando ver, sobre todo en las dos oficinas de Lanbide de Vitoria. Ayer, el propio Servicio vasco de Empleo reconocía en un comunicado que el lunes tuvo que cerrar durante 20 minutos a partir de las once de la mañana una de sus sedes porque la "excesiva presencia de personas afectaba a la seguridad del local".

En total, 147 de los 56.000 perceptores de ayudas de Euskadi acudieron el lunes a esta oficina de Lanbide. En este lugar se juntaron perceptores desorientados o solicitantes de ayudas que habían sido desviados por el Ayuntamiento de Vitoria con los desempleados.

La razón de que sea Vitoria uno de los únicos puntos en los que el problema se ha visibilizado en forma de aglomeraciones de personas, que por la mañana de ayer se repetían, es que la capital vasca deriva sin excepción a todos sus perceptores y solicitantes a Lanbide desde el 16 de diciembre, fecha de la reunión, cumpliendo al pie de la letra con la reforma legal y rechazando la petición de Lanbide de atender transitoriamente los casos. Bilbao comenzó a derivar los nuevos solicitantes de ayudas el 13 de diciembre, día en que entró en vigor la reforma legal.

El error se produce en un momento en el que algunos servicios sociales han detectado un aumento del número de personas que solicitan las ayudas. Y es que la reforma legal incluye un endurecimiento de los requisitos de acceso que castigan sobre todo a los inmigrantes. Por ello, aquellos que se encontraban en el límite de los requisitos estaban acudiendo a las oficinas para solicitarlas antes de la entrada en vigor de la reforma, un inicio que se ha adelantado sin previo aviso.

Las claves

- La reforma legal que traslada la Renta de Garantía de Ingresos a Lanbide -desde Ayuntamientos y Diputaciones- quedó aprobada en el Parlamento el 25 de noviembre.

- El Boletín Oficial del País Vasco publicó la norma el 12 de diciembre y entró en vigor al día siguiente. La reforma no establece en ningún sitio que la entrada en vigor sea en enero. El Gobierno anunció que asumía la gestión a principios de 2012.

- Lanbide tiene hoy la competencia, pero le falta capacidad para asumir la gestión de las ayudas. Solo da citas para enero, y ya hay 3.200 concertadas. Los Ayuntamientos no tienen el amparo legal para tramitarlas. El Gobierno les pidió el viernes que sigan prestando el servicio hasta el día 30.

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