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Reportaje:

Atención integral para los transexuales

Sanidad centralizará su asistencia y pagará las operaciones de cambio de sexo

Los transexuales vascos contarán próximamente con unidades hospitalarias en la que un equipo especializado y multidisciplinar atenderá el proceso de reasignación de sexo. La ponencia del Parlamento vasco que estudia esta cuestión ha instado al Departamento de Sanidad a que cree estas unidades y la consejería se ha comprometido a hacerlo. Los transexuales que se quieran operar para cambiar de sexo tendrán que trasladarse a otras comunidades autónomas, pero Sanidad sufragará los gastos. En la actualidad, pueden acceder a tratamiento psicológico y hormonal en Osakidetza, y Asuntos Sociales ofrece ayudas para las operaciones. La propuesta, aprobada el día 12 por todos los partidos menos el PP, que se abstuvo, no supone ampliar el catálogo de prestaciones sociales, sino centralizar los servicios "que ya se prestan desordenados", apunta la parlamentaria del PNV Estibaliz Hernáez, en una unidad formada por psicólogos, psiquiatras, endocrinos, ginecólogos y urólogos.

Los grupos no ven justificado crear una unidad quirúrgica
Las asociaciones de afectados consideran acertada la iniciativa

Los grupos consideran que el número de transexuales que se quieren operar -calculan que serían uno o dos al año- no justifica la creación de una unidad quirúrgica. "Los expertos nos insistieron en que los cirujanos tienen que ser especializados, así que lo mejor es que dos centros con experiencia, como los que hay en Madrid y en Málaga, atiendan a los transexuales de todo el Estado", añade Hernáez. Andalucía es precisamente la comunidad referente en cuanto a atención integral a transexuales, pero en sus centros especializados también se practican operaciones de reasignación de sexo.

Kontxi Bilbao, de Ezker Batua, considera que el avance supone "abrir la puerta para que se implementen modificaciones en el catálogo de prestaciones en función de las evidencias científicas". "Los expertos defendían la inclusión de las operaciones en el catálogo, pero el Departamento de Sanidad es reacio, porque no hay tantos pacientes como para justificarlo". Blanca Roncal, del PSE, cree que es "una buena solución", porque con tan poca demanda de operaciones no se puede crear un equipo competente que garantice buenos resultados.

Víctor Santa María, responsable de Berdindu, el servicio de atención a gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, puesto en marcha por Asuntos Sociales, se muestra en cambio crítico con la propuesta. "La creación de las unidades es una noticia genial, pero, una vez más, se deja a medias al colectivo", lamenta. Recuerda que en el Hospital de Cruces hay "buenos cirujanos que practicaron estas operaciones" y cree que es viable formar a más médicos. Frente a las estimaciones de las parlamentarias, Santa María indica que en tres años 24 personas han pedido ayudas a Asuntos Sociales para costearse la cirugía, "y hay más que se operan por su cuenta". En su opinión, es más caro "financiar desplazamientos y corregir operaciones mal realizadas por médicos privados".

Desde la asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales Gehitu, Jesús Estorba, quien reconoce que la demanda de operaciones no es suficiente para crear la unidad quirúrgica, se declara en cambio satisfecho. "Hace un año era impensable un avance así. La comisión ha contado con los expertos adecuados y ha mostrado una gran voluntad", subraya.

Las parlamentarias aseguran que la comunidad transexual también ha acogido con agrado la iniciativa. Amets Odriozola, transexual masculino, se alegra de que se apueste por coordinar los servicios. "Los especialistas van a su aire, y hay médicos de cabecera que no saben ni interpretar una analítica", señala. Además, agradece que Sanidad derive a centros de referencia. "Ahora no sabemos dónde encontrar un cirujano que haga bien la operación", indica. Imanol Noia, también transexual masculino, está de acuerdo: "Prefiero un buen cirujano en Madrid que uno malo en Bilbao", dice, y añade que le parece más prioritario agilizar los trámites burocráticos para cambiar el nombre.

Ante la resistencia de Sanidad a realizar o costear operaciones, el departamento de Vivienda y Asuntos Sociales ha gastado en dos años 93.000 euros en subvenciones para intervenciones de reasignación sexual (genitales, de pecho y de vaciamiento de útero), y este año ofrecerá una nueva partida de 60.000 euros. "No es la solución idónea sino un parche, pero al menos ha permitido que el Gobierno dé una respuesta a estos casos", valora Bilbao.

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