AL como ejemplo

Mientras Europa, en una fase de estancamiento, deglute las pruebas de resistencia de su sistema financiero, y EE UU escucha atentamente las palabras de su máximo gurú, Ben Bernanke ("las expectativas económicas son inusualmente inciertas"), América Latina (AL) crece a un ritmo medio superior al 5% y crea empleo. AL como ejemplo y en rápida recuperación en medio de una crisis de proporciones poco vistas en la historia económica moderna.

El mayor país de la región, Brasil, crecerá este año a tasas del 7,6%, consolidando su liderazgo dentro de los emergentes; y sólo dos países de la zona, Haití (-8,5%) y Venezuela (-3%) se contraerán, aunque por razones distintas (el primero, por las catástrofes naturales, y el último, como consecuencia de la política económica del chavismo). A pesar del terremoto, Chile aumentará su producción en un 4,3%, lo que convalida su dinamismo como una de las naciones centrales latinoamericanas. El pequeño Uruguay, que tan bien quedó en el Mundial de fútbol y que tiene el balón de oro (Forlán), crecerá al 5%.

Los programas de estímulo fiscales y monetarios explican en buena parte el 'milagro latinoamericano'

Todos son datos del Estudio económico 2009-2010, que acaba de hacer público la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Siendo estos importantes, más lo es la valoración que hace el organismo regional de las Naciones Unidas: que la rápida recuperación ha sido en gran parte impulsada por unas políticas públicas que hay que mantener y apuntar "a la protección de los sectores más vulnerables en el marco de una estrategia más amplia que abarque no solo el área social, sino también las políticas macroeconómicas y las políticas productivas".

La puesta en marcha de políticas de estímulo fiscal y monetario, junto con una disminución de la incertidumbre, la relativa normalización de los mercados financieros de la región con un mayor acceso al crédito, así como un mayor dinamismo de la economía internacional (aunque se atisba la crisis de la deuda soberana de algunas economías europeas), son los factores que explican la recuperación de la actividad económica latinoamericana. Una AL a la que la CEPAL pone como ejemplo: su solidez macroeconómica en los años que antecedieron a la crisis internacional, el aprovechamiento de un excepcional periodo de bonanza para sanear sus cuentas públicas, reducir y mejorar el perfil de su endeudamiento y aumentar sus reservas internacionales, todo ello "permitió un mayor espacio para la aplicación de políticas públicas contracíclicas e hizo posible el inicio de la recuperación a partir de la segunda mitad de 2009".

La distribución de la renta y la riqueza, la extensión de la economía informal, la brecha digital, etcétera, siguen siendo problemas centrales de la región. Pero ninguno de ellos podría abordarse sin tasas de crecimiento como las obtenidas. Esta vez no sirve el prestigio intelectual del pesimismo, sino todo lo contrario.