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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Peor que lo de Haití?

El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, considera que "existen males mayores que la tragedia de Haití". ¿Y cuáles serían esos males mayores para el recién elegido para el cargo por el cardenal Rouco Varela, que ha causado un cataclismo en el clero vasco? Así los describe Munilla: "(...) nuestra pobre situación espiritual, nuestra concepción materialista de la vida". Y para explicar semejante ocurrencia ante

una opinión pública conmovida por aquella catástrofe, se aventuró por terrenos pedregosos: "Quizás es un mal más grande el que nosotros estamos padeciendo que el que esos inocentes [por los damnificados

de Haití] también están sufriendo".

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Para minimizar los daños, y ante las críticas a comparación tan desafortunada, el ex obispo de Palencia ha emitido un comunicado -"han distorsionado

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y manipulado mis palabras", dice- en

el que en el afán por buscar disculpas imposibles, no hace sino atizar el fuego del disparate y la irracionalidad de sus palabras. Explica monseñor que sus declaraciones se produjeron en el marco del "plano teológico".

Un plano éste que permite, al parecer, justificar lo injustificable: "Trataba de explicar", dice el obispo, "que el mal que sufren esos inocentes no tiene

la última palabra

porque Dios les promete felicidad eterna". ¿De verdad libera de angustia a monseñor semejante argumento ante la vista de los montones y montones de cadáveres mutilados? ¿Deben pues ser felices los miles de niños aplastados por

los ladrillos de sus infraviviendas? ¿Quizá deban serlo sus padres? ¿Ahora o en el momento del juicio final, cuando llegue el gran trompeteo?

Munilla quizá debería evitar

en su labor pastoral

las confrontaciones

en el mundo de las ideas, y dejar esas consideraciones teológicas para tratarlas con los que comparten su fe. Recordemos que

la bronca le ha llegado porque a una pregunta sencilla -¿cómo es posible que ese dios tan bondadoso que ustedes predican permita tragedias como la de Haití?- el representante de la Iglesia católica no halló más respuesta que esa atrabiliaria remisión a un paraíso futuro. Quimérica promesa ante tanta tragedia cierta, tanto dolor palmario, tanto grito de horror.

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