La Tabacalera se reúne para estudiar cómo 'reinventarse'
El centro social autogestionado La Tabacalera, en Lavapiés, celebró ayer una asamblea extraordinaria para tratar los déficits organizativos y comunicativos propios del modelo "complejo y experimental" actual. El panorama lo ilustra bien una de las frases de los trípticos que ayer se repartían por centenares en la antigua fábrica de cigarrillos: "En el principio no era la Asamblea sino el caos, como en el Big Bang". Uno de los asistentes reconoció la dificultad de "definir y gestionar lo común" -la economía, los turnos, los horarios o la zona central de la nave-. "Es difícil transmitir a todo el mundo qué es La Tabacalera".
Uno de los objetivos de la asamblea fue explicar cómo se organiza La Tabacalera. Para ello se proyectaron dibujos y bocetos de una flor con tentáculos. A grandes rasgos, la flor representa el centro; los pétalos, las diversas naves y los tentáculos las seis líneas de trabajo (Economía, Programación, Social, Cultura Libre, Participación y Bienestar).
La reunión se celebró a falta de 23 días para que expire el contrato de cesión entre el colectivo de artistas y activistas del barrio y el Ministerio de Cultura. "El ministerio valora el proyecto", afirman desde La Tabacalera, de modo que dan por hecho "la continuidad y expansión del centro social". Los responsables del centro apostaron por "pensar juntos" un nuevo acuerdo y propusieron prorrogar la cesión a través de un acuerdo de proyecto institucional, en este caso autogestionado, como ocurre con los museos o las casas de la cultura. Una de las condiciones del nuevo pacto es que la duración de la cesión no esté limitada, sino que sea "la necesaria".
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