"Somos los 'polis' baratos"
Los agentes de movilidad paran para pedir más plantilla y denuncian que les exigen más sanciones - El Ayuntamiento alega que buscan mayores sueldos y descansos
Corrillo a las puertas de la oficina. Es la hora de comer y son unos 20. Silban y gritan cada vez que alguien traspasa la puerta. "¡Esquirol, esquirol!" es lo más suave que se oye. Los agentes de movilidad están de huelga y un grupo se arremolina a la entrada de una de sus sedes en la calle de Isaac Peral. Piden más plantilla, se quejan de la profusión de expedientes y de presiones para que incrementen las multas. "Somos los polis baratos", resume Antonio Jurado, uno de los agentes, con la cara helada. El Ayuntamiento replica que lo que buscan es trabajar menos y cobrar más.
El cuerpo de agentes de movilidad, creado en 2004 por el Ayuntamiento, está formado por 680 funcionarios. Casi todos (92%) secundaron ayer los tres paros de dos horas convocados, según cálculos sindicales. El Ayuntamiento reduce su estimación a la mitad (del 42 al 47%). De Moncloa a Cibeles no se veía ayer un solo agente a las tres de la tarde, durante el paro del mediodía. Debería haber una veintena repartidos por los puestos donde solo los policías municipales controlaban la circulación. El tráfico, según el Ayuntamiento, no sufrió "incidencias destacadas".
En el paro de la mañana -convocado por cuatro de los seis sindicatos de la junta de personal: CSI-CSIF, UGT, CC OO y UPM- la cuestión se fue de madre. El agente Francisco Fenoy salió de la sede con el brazo en cabestrillo. Dice que un mando le hizo un esguince al darle un manotazo mientras intentaba grabar con el móvil. La versión municipal es que los agentes entraron rompiendo taquillas y dando gritos. A otra agente la tuvo que atender el SAMUR por un ataque de ansiedad, según los sindicatos. No llevaba la bufanda reglamentaria y tuvo una discusión con un mando. "Pedimos 500 agentes más para cubrir todos los puntos y suprimir horas extra y sobreexplotación", señala José María Sánchez, de UGT. El Ayuntamiento considera que la plantilla es suficiente. La cuestión, dice Sánchez, es "dar un servicio digno y retirar el decretazo".
En marzo, el Consistorio aprobó un decreto que liga el aumento de sueldo a la productividad, con cinco días más por año y la subida de seis a siete horas diarias la jornada reducida de verano y San Isidro. Es un documento de adhesión individual, al que se adhiere cada trabajador por su cuenta. Según una fuente municipal, se aprobó sin acuerdo tras ocho meses de negociación "con pretensiones inasumibles" de los trabajadores, como más descansos o pluses por atención al público o el uso de la PDA. "Se comparan con los policías y quieren ser policías, pero legalmente es imposible", explican desde el Consistorio. Los agentes replican que se les impuso a la fuerza y sin negociación. La semana que viene aprobarán nuevos paros para final de diciembre.
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