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Las víctimas de la violencia en México se encaran con Calderón

Con el alcázar del Castillo de Chapultepec como escenario, rodeado por madres que han perdido a sus hijos e hijos que se han quedado sin padres como consecuencia de la violencia desbocada que se vive en México, el poeta Javier Sicilia, quien también ha sufrido la pena de ver asesinado a un hijo, preguntó de frente al presidente Felipe Calderón y a los miembros de su Gabinete que se presentaron al diálogo con el movimiento por la paz, la justicia y la dignidad: "¿les parecemos daños colaterales?".

Tranquilo y con voz profunda, el poeta hizo una durísima crítica a la estrategia del Gobierno para combatir al narcotráfico, provocando un profundo silencio cuando le espetó a Calderón: "Está obligado a pedir perdón, presidente, por las 40.000 víctimas de esta guerra. Porque el Estado ha fallado en su función de proteger al pueblo".

Julián LeBarón, hermano de un líder mormón asesinado en Galeana (Chihuahua), que murió luego de desafiar a los secuestradores, cuestionó a Calderón: "¿Quiere ser recordado como el presidente de los 40.000 muertos?". Por su parte, en un discurso roto por el llanto, María Herrera, una mujer que ha perdido a cuatro hijos, reclamó al mandatario: "Demandamos que hagan su trabajo, no aceptamos más engaños, mentiras, ni injusticia".

En la encuesta de esta semana expusimos algunas de las sentencias pronunciadas por Sicilia en ese encuentro y preguntamos a los entrevistados si ellos le hubieran dicho lo mismo a Calderón. Los resultados no pueden ser más claros: siete de cada 10 también le hubieran reclamado que el Estado mexicano está fallando en su obligación de proteger a su pueblo; un número similar hubiera exigido también que se esclarezcan todas y cada una de las muertes, se trate de víctimas inocentes o de criminales; el 56% coincide con Sicilia en señalar a Calderón como corresponsable de los 40.000 asesinatos y por lo tanto, como el poeta, le exigiría al presidente que pida perdón a sus víctimas.

Si uno de los objetivos del diálogo era ponerle voz y rostro a los que para el Gobierno a veces han sido definidos como daños colaterales, el 65% de las personas que entrevistamos no percibió que el presidente Calderón se hubiera conmovido al escuchar sus historias. Sin embargo, la mayoría (59%) considera que por primera vez el presidente está mostrando una actitud de diálogo frente a la ciudadanía, a pesar de que al 57% le parece que Calderón se está viendo muy obstinado en defender a capa y espada su lucha y el 51% opine que al mandatario le preocupa más cómo va a ser visto en el futuro que resolver la situación presente, o que está más comprometido con el Ejército que con las víctimas.

Quizá nada ocurra tras el diálogo de Chapultepec y en México seguiremos contando por miles las víctimas de esta guerra sin sentido, pero Sicilia y su movimiento han conseguido poner en el ambiente la sensación indiscutible de que el aguante de las víctimas está llegando a su límite.

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