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El conflicto de Colombia

La rendición de la jefa guerrillera

La 'comandante' Karina pide a los miembros de las FARC que dejen las armas

Es la única mujer que ha llegado a dirigir un frente, y tiene fama de ser uno de los personajes más sanguinarios de la guerrilla. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) sufrieron el domingo un duro revés después de que Nelly Ávila Moreno, alias Karina, decidiera entregarse a las autoridades. Karina, de 45 años, estaba acusada de múltiples crímenes, entre ellos el asesinato del padre del presidente colombiano, Álvaro Uribe.

"Estoy cansada de la guerra", dijo cuando fue recogida por los helicópteros militares. "La decisión que yo tomé de reinsertarme fue por la presión del Ejército en el área. El Gobierno ha planteado muchos beneficios para todos los que hagamos dejación de las armas", dijo, e invitó a los demás combatientes "a que cambien esa vida que llevan dentro de la guerrilla, que se incorporen al plan de reinserción".

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Cercada por el Ejército, Karina, jefa del frente 47, intentaba desde hace dos semanas un acercamiento con las autoridades para dejar las armas. Su familia participó en la mediación, junto con Pilar Hurtado, directora del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la policía secreta. Finalmente se entregó junto a su compañero sentimental, Abelardo Montes, Michín, en una pequeña aldea de Sonsón, en las montañas del oriente antioqueño.

"Hace mucho que estábamos detrás de esta mujer; siempre lograba escapar", dijo el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. "Estaba prácticamente muriendo de hambre; no aguantó más".

Karina fue durante años el azote de tres departamentos: Chocó, Antioquia y Caldas. Por ella se ofrecía una recompensa de un millón de dólares (unos 644.000 euros). En sus 20 años como combatiente acumuló denuncias por secuestro, homicidios, rebelión y varias cicatrices en el cuerpo, además de haber perdido un ojo.

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Las autoridades la acusan de haber comandado al menos cinco matanzas de civiles en la región de Urabá en la década de los noventa, en la época en la que Uribe era gobernador. También se la investiga por el asesinato de Alberto Uribe, padre del presidente, en un intento de secuestro en 1983, crimen que Karina negó ayer.

Hace 15 días, el mandatario le envió un mensaje: "Si se desmoviliza, bienvenida; se le darán todas las garantías". Según el ministro del Interior, Carlos Holguín, Karina ha ofrecido la entrega de otros miembros de su frente, prácticamente en desbandada tras el asesinato de su comandante, Iván Ríos, el pasado mes de marzo.

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