La prensa cubana se convierte en valedora de la iniciativa privada
'Granma' denuncia las trabas al trabajo por cuenta propia
"La burocracia es como una hidra, pero no con miles de cabezas, sino con miles de nalgas", comentaba ayer el diario Granma; no era una grosería, sino una singular exhortación a pinchar las voluntades de aquellos funcionarios anclados en el socialismo más oxidado que siguen poniendo trabas al autoempleo y la iniciativa privada, cuando ya la línea oficial en Cuba ha cambiado. "Todavía muchos no se han enterado o no lo han asimilado", afirma un académico afín al Gobierno, que llama la atención sobre cómo el órgano del Partido Comunista, "antes guardián de la ideología revolucionaria y baluarte de la ortodoxia, casi se ha convertido en el Manual del buen cuentapropista".
Así mismo es. A página entera, Granma pedía ayer "desatar los nudos de la burocracia que entorpecen la entrega expedita de licencias a los trabajadores por cuenta propia", tras relatar las trabas que enfrentan muchos cubanos que solicitan estos días una licencia de cuentapropista (autónomo). En dos meses lo han hecho más de 100.000 personas, cifra considerable si se tiene en cuenta que hasta ahora solo 145.000 cubanos estaban autorizados a ejercer el autoempleo. A modo de denuncia, Granma contó que en un municipio de La Habana a los aspirantes les exigían "cuatro documentos que no eran necesarios" y no aparecían en la legislación vigente. Idalmys Álvarez, dirigente del Ministerio de Trabajo, reconocía las resistencias y abogaba en el mismo artículo por "promover un cambio de mentalidad".
Más de 100.000 personas han pedido la licencia para un negocio
Desde hace semanas, la prensa oficial se empeña en dar publicidad a las quejas de sufridos cubanos a quienes el camino hacia la iniciativa privada está resultando un calvario. Meses para obtener un papel, desinformación, malos tratos y desidia de grises funcionarios están entre los problemas denunciados. Paralelamente, está el esfuerzo por rehabilitar la imagen de los cuentapropistas, algo nada sencillo después de 15 años de ser considerados por la propaganda oficial como una fuente de contaminación y un "mal necesario"; y Granma trata de lograr algo todavía más difícil: convencer a la gente de que la apertura a la iniciativa privada, aunque todavía tímida, ahora sí va en serio y es irreversible.
El 4 de diciembre, comenzó a publicarse una serie de artículos explicativos sobre la ley del trabajo por cuenta propia, el régimen tributario y la inminente reestructuración laboral, que en los próximos tres años dejará en la calle a uno de cada cuatro cubanos que trabaja para el Estado. También se dan consejos sobre cómo salir adelante en el proceloso mar de los negocios privados, pero después de medio siglo de socialismo, el escepticismo es grande en muchísima gente que ahora ha de reciclarse. Para los funcionarios es aún más duro el reto: con la mente cuadrada de tanto Estado, ahora han de facilitar que 1,8 millones de cubanos pasen al sector privado en los próximos años.
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