La periodista acusada de espionaje abandona Irán
Roxana Saberi llega a Austria, donde pasará algunos días antes de regresar a EE UU.- Un portavoz dice que "está apenada porque no podrá volver pronto a trabajar a Teherán"
La periodista iraní Roxana Saberi, nacida en Estados Unidos, ha volado a Viena la pasada madrugada después de haber salido de la cárcel de Teherán en la que había sido encerrada con la acusación de espionaje. "Confirmo que ella ha abandonado Irán con sus padres, y su hermano, y que se dirige a EE UU con una escala previa en Austria", ha comentado un abogado de la redactora free lance de la estadounidense Radio Nacional Pública. "Partió bien aunque apenada porque no podrá volver pronto a trabajar a Teherán", ha explicado el letrado.
Reza Saberi, el padre de la periodista, había comentado con anterioridad que su hija quería volver cuanto antes a Estados Unidos, pero que había expresado que primero deseaba pasar unos días de tranquilidad con un amigo en Viena, pues necesita "pensar sobre todo lo que le ha pasado".
"Partió bien aunque apenada porque no podrá volver pronto a trabajar a Teherán", ha explicado el letrado
Saberi fue arrestada en enero por trabajar en Irán con una acreditación de prensa vencida. Después, el Gobierno la acusó de espiar para EE UU, hipótesis que un tribunal confirmó con una condena de ocho años. Este lunes, esa resolución judicial se redujo a dos años y quedó suspendida tras una apelación. Saberi salió en libertad el lunes.
Por la ley y no por la política
Un defensor de la periodista consideró este martes que la modificación de la sentencia obedeció a un cambio en la interpretación de la ley y no a razones políticas o diplomáticas. Pero la liberación de Saberi, ciudadana de EE UU y de Irán, fue considerada un alivio para la nueva política de la Casa Blanca, que propone un acercamiento con Teherán. El presidente Barack Obama recibió la noticia con alegría y la calificó de "gesto humanitario". Los dos países tienen una dispuesta respecto al programa nuclear iraní, que atemoriza a Occidente. Irán insiste en que el proyecto se circunscribe a la generación de energía.
Estados Unidos tachó de "infundadas" las sospechas sobre Saberi y demandó su inmediata puesta en libertad. Teherán, que no reconoce la doble nacionalidad, exigió a Washington que no interfiriese en el proceso judicial.
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