La oposición rechaza negociar con Mubarak
El Baradei reclama al presidente que abandone el poder antes del viernes
La clase política egipcia sigue esforzándose por estar a la altura de los jóvenes que lideran la revolución. Cuando se cumplía una semana de protestas los principales líderes de la oposición se reunieron ayer con los movimientos juveniles que han guiado la revuelta, así como con representantes de la sociedad civil, para alcanzar un acuerdo de mínimos que permita encarrilar la transición. Solo Hosni Mubarak parece impedir, con su negativa a abandonar el palacio de Heliópolis, que Egipto camine hacia el futuro en democracia, como su pueblo lleva exigiendo en la calle durante ocho días consecutivos. Ante ese mismo palacio piensan plantarse el viernes los manifestantes si el faraón no cambia de opinión y deja antes el poder.
La unión opositora exige disolver el Parlamento y una nueva Constitución
Un consejo de 10 sabios representará a los partidos y líderes políticos
El acuerdo suscrito ayer por toda la oposición, desde la Asamblea Nacional para el Cambio, de Mohamed el Baradei, hasta los Hermanos Musulmanes, sería la base de una posible negociación. Dichas conversaciones podrían llevarse a cabo con el nuevo vicepresidente, Omar Suleimán, siempre y cuando este acepte los puntos principales del pacto. Anoche se esperaban noticias de un eventual encuentro entre los líderes opositores y el ex responsable del espionaje egipcio y hombre fuerte del régimen. Entre los requisitos que Suleimán debe aceptar se encuentra, en primer lugar y como condición insoslayable para toda la oposición, que Mubarak cese en sus funciones y abandone el poder.
Después debería producirse la disolución inmediata del Parlamento, que la oposición considera inservible por las manifiestas irregularidades que se produjeron durante las últimas elecciones legislativas, en diciembre de 2010. La creación de una Asamblea constituyente para redactar una Constitución que fije en dos el número máximo de mandatos presidenciales sería el tercer punto. Con la nueva Constitución en la mano deberían convocarse más tarde elecciones presidenciales.
Los representantes de la oposición han encomendado la negociación a un consejo de sabios: 10 personas ajenas a la política entre los que se encuentran Mohamed el Baradei, ex dirigente del Organismo Internacional de la Energía Atómica; Amr Musa, secretario general de la Liga Árabe, y el premio Nobel de Química, Ahmed Zewail. En opinión del presidente del histórico partido Wafd, Sayed el Badawi, los tres son figuras muy respetadas por los egipcios, pero también internacionalmente. Este grupo de sabios ya ha mantenido contactos con algunos miembros del Ejército, según fuentes de su entorno.
"¿Por qué elegir a un solo hombre cuando podemos tener a un grupo de figuras independientes para liderar el cambio?", señalaba El Badawi. El líder se refería al "protagonismo excesivo que El Baradei ha tenido en la prensa internacional. El caso del diplomático, sin embargo, difiere un poco del resto. El Nobel de la Paz ha representado desde su vuelta a Egipto, hace unos meses, el germen del cambio. Consiguió aglutinar en la Asamblea Nacional para el Cambio, a un gran número de partidos políticos de muy diferente signo para pedir una serie de reformas políticas. Logró reunir más de un millón de firmas, y que los Hermanos Musulmanes, una fuerza con amplia presencia en las calles pero alejada del pacto social, respaldase dichas propuestas. Algunos miembros de los partidos egipcios consideran que ese millón de firmas da crédito a El Baradei -que ayer insistió en que Mubarak deje el poder antes del viernes- para tener una posición preeminente en la transición.
No fue fácil sin embargo poner de acuerdo a los políticos. Tres décadas de dictadura han hecho desmoronarse poco a poco a la oposición política, que se ha visto relegada de la escena social y reducida a la mínima expresión. Muchos de los partidos, especialmente los liberales y de izquierda, fueron perdiendo sus escaños en el Parlamento al mismo tiempo que su influencia. Eso, sumado a una falta de verdadera acción política en las calles, ha hecho que los principales opositores del régimen de Mubarak hayan sido los islamistas Hermanos Musulmanes.
Si bien el Wafd, por su significado histórico, tiene el respeto de muchos de sus ciudadanos, serían los Hermanos, que en los últimos años han tenido acceso a una quinta parte de los escaños del Parlamento, los mejor organizados.
Nombres propios para una transición
La revuelta popular contra el régimen del presidente egipcio, Hosni Mubarak, no muestra signos de remitir. Los ciudadanos se plantean ahora qué personas podrían encabezar la transición política en el país. Se baraja crear un "comité de sabios" que enmiende la Constitución y celebre elecciones para formar un nuevo Gobierno de transición por dos años. Entre los nombres que suenan con fuerza destacan el de Mohamed el Baradei, ex jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica y Premio Nobel de la Paz en 2005; Amr Musa, secretario general de la Liga Árabe; Ahmed Zewail, Nobel de Química en 1999, y el candidato propuesto por los Hermanos Musulmanes, Faruk Sultán, presidente del Tribunal Constitucional.
Mohamed el Baradei, de 68 años, exhorta a luchar por el cambio e invoca a uno de los padres del nacionalismo egipcio, Saad Zaghloul, para proclamar que "la nación está por encima del Gobierno". Decepcionó a muchos activistas que le consideran un oportunista que ha venido "a recoger el fruto" del trabajo hecho por la oposición.
El ex ministro de Exteriores Amr Musa, de 75 años, ha celebrado "la posición del Ejército durante las protestas".
Ahmed Zewail, de 65 años. Científico reconocido, pero sin experiencia política. Publicó recientemente una "carta al pueblo egipcio" en el que propuso un "consejo de sabios" para reescribir la Constitución.
Faruk Sultán, de 68 años. Es la primera propuesta concreta por parte de los Hermanos Musulmanes para encabezar las reformas después de haber rechazado cualquier diálogo con Hosni Mubarak.
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