_
_
_
_

"Tu madre te ha matado"

Natascha Kampusch quiere disipar las sombras sobre su secuestro y relata en la televisión el terrible acoso que sufrió en el cautiverio

La televisión pública austriaca ORF emitió anoche un reportaje que intenta disipar las dudas sobre la siniestra historia de Natascha Kampusch. En el programa, de 50 minutos de duración, tienen la palabra policías, terapeutas, abogados, miembros de la familia y la propia joven que desapareció sin dejar rastro cuando apenas tenía 10 años y sorprendió al mundo al reaparecer, el pasado 23 de agosto, después de pasar ocho años y medio en poder de su secuestrador, Wolfgang Priklopil.

Los realizadores confían en que el reportaje, que brinda testimonios sobre el presente y el pasado de Kampusch, sirva para que ya nadie dé crédito a los rumores esparcidos por la prensa sensacionalista, según los cuales la madre de la víctima estaría implicada en el rapto de su propia hija. Los rumores surgieron cuando la niña desapareció y continuaron después de que Natascha Kampusch, en un descuido de su secuestrador, logró escapar del encierro. Al enigma contribuyó la falta de información. Las instituciones austriacas han formado un escudo impermeable para proteger a la frágil joven del acoso de periodistas del mundo entero.

Como en la primera aparición de Kampusch en televisión, a principios de septiembre, también en ese documental los periodistas han respetado la intimidad de la víctima. "No abordamos temas íntimos, como el asunto del posible abuso sexual. Únicamente Kampusch decidirá si algún día quiere hablar del asunto", dijo Robert Altenburger.

No obstante, en el reportaje se dan a conocer nuevos detalles del vínculo entre la rehén y Priklopil, que es el personaje más misterioso en esta tragedia. El mismo día de la huida de Natascha, él se suicidó arrojándose bajo un tren. Priklopil chantajeaba a su prisionera. La hacía pasar hambre y frío o la dejaba a oscuras o sin ventilación para castigarla si ella no era condescendiente. "Yo tenía que negociar para que me dejara encender la luz", dice Kampusch, "era muy tacaño con la comida (...) Además decía que quien no trabaja no necesita comida (...) Alguna vez casi me mata de hambre...".

El psicólogo Reinhard Haller supone que a Priklopil "le gustó" domesticar a la niña, a pesar de que el vínculo se convirtió en una "amenaza para él". Al principio él era omnipotente y ella la víctima indefensa. Pero luego "la relación se equilibró, o incluso se revirtió".

En cierto modo, Kampusch confirma esta tesis: "Por un lado, yo era importantísima para él, pero por el otro me trataba como basura (...) Él tenía mala conciencia pero no podía dar marcha atrás. Seguramente estaba espantado de lo que había hecho, y de alguna manera yo era para él una instancia moral. Yo lo induje a reflexionar sobre el mal que me había hecho, a mí y a mi familia".

Brigitta Sirny , la madre de Natascha, fue víctima de una serie de intrigas. Cuando daban por muerta a la niña corrieron rumores de que pudo ser asesinada por su madre. Por si esto fuera poco, después de la reaparición de Natascha, algunas publicaciones, como un libro en el Reino Unido, extendieron la versión de que Sirny conocía a Priklopil y que lo había alentado a cometer el secuestro. "Es horrible", dijo Sirny.

Por más que sufra, la madre de Natascha es una persona que no muestra sus sentimientos en público. En el documental ella lamenta que su actitud reservada diera pie a la desconfianza. Incluso Ludwig Koch, el padre de Natascha, llegó a dar crédito a las sospechas. Koch y Sirny, que se separaron cuando su hija tenía cuatro años, dejaron de hablarse después de la tragedia. Ahora han hecho las paces.

Priklopil aprovechaba las versiones erróneas para hacer presión sobre su víctima. "Me decía: ya no existes, estás enterrada, tu madre te ha matado. Están todos en la cárcel, porque han descubierto un complot de tu padre, tu madre y tus parientes", recuerda Natascha en el reportaje. Mientras tanto, el secuestrador controlaba a la familia de su víctima. "Ahora me he enterado de que él me observaba, porque Natascha sabía que yo tengo un coche nuevo, que una de sus hermanas fumaba... Él usaba estas informaciones para presionarla. Le decía que si se atrevía a escapar mataría a sus padres", dijo Sirny.

La madre de Natascha también aclara el asunto de una foto en la que aparece la niña a los tres años en ropa interior, con botas negras y látigo. Se llegó a decir en la prensa que la foto podía llegar a ser una prueba de que la pequeña era víctima de abusos sexuales cuando vivía con su familia. Según Sirny, la foto la hizo la hermana de Natascha, que practicaba equitación, al ver a la niña ponerse las botas a modo de juego.

Empleados de un comercio de Viena siguen por televisión la primera entrevista a Kampusch, el 6 de septiembre.
Empleados de un comercio de Viena siguen por televisión la primera entrevista a Kampusch, el 6 de septiembre.EFE

Fallos policiales

La familia de Natascha critica las pesquisas policiales. Tardaron 14 días en hacer caso al testimonio de una niña que vio cómo un hombre obligaba a Natascha a subir a una camioneta blanca. Entre unos 700 conductores de una camioneta como la descrita por la testigo fue también interrogado por Priklopil, pero no despertó sospechas.Otro fallo: no emplearon perros para seguir rastros. Desde muy pronto empezaron a buscar un cadáver. No creían que iban a dar con el paradero de la víctima viva. Pero no abandonaron nunca la búsqueda. Hicieron caso al menor indicio. Por último, estuvieron buscando su cadáver en un estanque, sólo dos días antes de que Natascha escapara. El periodista Christoph Feuerstein fue elegido por la televisión ORF tras haber seguido el caso desde su inicio, hace ocho años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_