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Reportaje:

Los héroes olvidados de El Salvador

Los lisiados en la guerra civil escenifican sus quejas ante el Parlamento para exigir que el Gobierno cumpla sus promesas

"A nosotros nos reclutaron para el Ejército y nos decían que éramos los héroes que íbamos a defender la democracia... Hoy me puede ver usted, más pobre que nunca, con un brazo inútil, sin atención médica y con una mísera pensión, que para colmo el Gobierno amenaza con suspender". Son palabras de un ex sargento salvadoreño, en cuyo rostro y ojos enrojecidos se revela la frustración. Es uno de los más de 40.000 lisiados que dejó la guerra civil que asoló esta nación centroamericana entre 1980 y 1992. Todos eran soldados, guerrilleros y población civil, y hoy integran uno de los sectores más olvidados y excluidos de El Salvador actual.

El próximo 16 de enero se cumplirán 15 años de la finalización del conflicto armado, que además dejó 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y un número no determinado de huérfanos, viudas y padres que perdieron a sus hijos en la contienda. Pero el paso del tiempo no ha sido un bálsamo que cura heridas, como lo demuestra en el caso de los lisiados.

Protesta inusual

El pasado jueves, mientras los diputados salvadoreños celebraban su sesión plenaria semanal, un grupo de mutilados por la guerra salió a las calles de San Salvador. Formaban una protesta inusual: hombres semidesnudos, en calzoncillos, con cruces rojas pintadas en sus pechos, espaldas y rostros, exponiendo las cicatrices de sus graves heridas en plena calle. Apoyados en bastones, quienes habían perdido las piernas exhibían sus prótesis desgastadas. Otros eran empujados en sillas de ruedas desvencijadas. Los ciegos formaban fila india y eran guiados por un pariente de baja altura: un niño descalzo.

Después de una larga caminata, llegaron al jardín central del edificio que ocupa el Parlamento. Colgaron sus viejas prótesis y procedieron a ahorcarse simbólicamente mediante sogas que pendían de un frondoso árbol. Las sogas estaban pintadas con los colores de la bandera del partido en el poder, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), porque "es el partido que nos traicionó y nos abandonó y ahora lo único que nos ofrece es la pobreza y la muerte", según David Martínez, de la Asociación de Lisiados de Guerra de la Fuerza Armada (ALFAES), quien minutos después entregó a una diputada de la ex guerrilla, Ruvidia Cortez, un documento en el que reclaman el incremento de las pensiones para todos los lisiados, así como atención médica y psicológica.

Uno de los ahorcados, Santos Catarino Arévalo, de 44 años, fue protagonista de la protesta, aunque no fue soldado sino un ex guerrillero durante nueve años. "Aquí ya no somos enemigos, venimos a reclamar porque a los lisiados nos quieren quitar las pensiones y a los compañeros no les quieren dar prótesis", dice Arévalo, quien tiene la cadera semidestruida por una esquirla que lo dejó inválido. Hoy se dedica a las labores agrícolas para alimentar a su familia, "pero no somos sujetos de crédito, no podemos comprar semillas ni abonos. Estamos más pobres que antes de la guerra", se lamenta.

Olga Serrano es la presidente de la Asociación de Lisiados de Guerra de la ex guerrilla (ALGES). Su sonrisa afable y su hablar pausado no delatan su pasado insurgente en las montañas de Chalatenango, donde se inició casi en la adolescencia como enfermera de campaña, pero también con responsabilidad como combatiente. Tiene una pierna lesionada. "Nuestra situación es cada vez más crítica", explica a EL PAÍS. Y luego se pregunta: "¿Quién puede sobrevivir con una pensión de entre 60 y 90 dólares mensuales? Por otra parte, se estima que el sector de lisiados de guerra es de aproximadamente unas 40.000 personas, pero menos de la quinta parte está inscrita en el Fondo de Lisiados y Víctimas de la Guerra. Queremos que se abra a nuevas inscripciones y que contemple también a quienes perdieron a sus familiares en el conflicto", prosigue Olga Serrano. "Este país está en deuda con los lisiados. Fue un compromiso de la paz que no se ha querido cumplir", finaliza la ex combatiente.

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