La ex primera ministra Timoshenko, en el banquillo por supuesto abuso de poder
La líder opositora ucraniana, que podría ser condenada a una pena de hasta diez años de prisión, denuncia una persecución política
La ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko se sienta a partir de hoy en el banquillo de un tribunal de Kiev para afrontar un juicio por supuesto abuso de poder durante su mandato, en concreto por haber firmado, sin estar facultada para ello, un contrato de suministro de gas con Rusia oneroso para Ucrania. En caso de ser hallada culpable, podría ser condenada a una pena de hasta 10 años de prisión.
Más de 1.500 partidarios de Timoshenko se han congregado esta mañana junto a la sede del tribunal para protestar contra lo que aseguran es una persecución política contra la exmandataria, que actualmente encabeza el partido opositor Batkívshina. Al comienzo de la audiencia preliminar, transmitida en directo por la cadena de televisión ucraniana Canal 5, la acusada ha rehusado ponerse de pie al hacer su entrada el magistrado. "Uno se pone de pie en un juicio, no en una farsa", ha explicado. Tampoco ha querido responder al ser preguntada por su domicilio: "Todo eso está en los materiales de la causa", ha dicho.
Timoshenko, de 50 años, encabezó el Gobierno de Ucrania entre enero y septiembre de 2005 y entre 2007 y 2010, periodo este último en el que firmó los acuerdos para los suministros de gas con Rusia. Según la acusación, esos pactos, que pusieron fin a la llamada guerra del gas de 2008-2009, fueron perjudiciales para la economía ucraniana y además debieron haber sido aprobados por el Gabinete de Ministros en pleno, y no únicamente por la entonces primera ministra.
La exmandataria, que perdió las elecciones presidenciales en febrero de 2010, ha asegurado reiteradamente que las acusaciones contra ella tienen objetivos meramente políticos y están impulsadas por quien la venció en aquellos comicios, Víktor Yanukóvich. Las relaciones entre ambos han sido siempre complejas y han estado jalonadas por escandalosos enfrentamientos y reconciliaciones que finalmente han terminado en la ruptura. Aliados de la revolución naranja que llevó al poder a Yúshenko en 2005, Timoshenko se convirtió en su primera ministra, pero medio año después fue destituida. Durante la crisis de turno en 2006, Yúshenko prefirió pactar con el que había sido su enemigo, Víktor Yanukóvich, antes que hacer las paces con la carismática y popular política. Sin embargo, aquella unión se quebró al final y el presidente no tuvo otra posibilidad que volver a nombrar a Timoshenko a la cabeza del Gobierno en diciembre de 2007. El idilio duró poco, y Yúshenko el otoño pasado intentó incluso disolver el Parlamento, pero su decreto fue ignorado.
Además del cargo que se le imputa en este juicio, el pasado diciembre la Fiscalía General de Ucrania acusó formalmente a Timoshenko de malversar fondos del Estado inicialmente destinados a la compra de derechos de emisión de carbón y desviarlos para tapar los agujeros del sistema de pensiones. "Yo pagué las pensiones a la gente, y eso no es crimen según las leyes de Ucrania", se defiende la ex primera ministra.
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