_
_
_
_

El eje bolivariano usa las filtraciones de Wikileaks para cargar contra EE UU

Ecuador busca el repudio de la Cumbre Iberoamericana hacia Washington

Wikileaks se hizo sitio frente a las playas argentinas de Mar del Plata. Los cables del Departamento de Estado de EE UU filtrados a esa página web sirvieron a los Gobiernos del eje bolivariano para cargar contra Washington en la Cumbre Iberoamericana. Cuba, Venezuela y Bolivia manifestaron en la sesión plenaria su repudio a la diplomacia estadounidense, mientras que Ecuador hizo gestiones entre bambalinas para que los mandatarios latinoamericanos condenasen las prácticas estadounidenses. Argentina, Brasil y México se opusieron y la declaración final de la reunión obvió el asunto.

Los presidentes de Cuba, Raúl Castro; Venezuela, Hugo Chávez; y Bolivia, Evo Morales, no estuvieron en Mar del Plata, pero sus representantes aprovecharon este foro para criticar a EE UU, ante la mirada atenta de la anfitriona, Cristina Fernández de Kirchner, y del rey Juan Carlos. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, fue el primero en referirse a los "escandalosos" cables de EE UU, que, a su juicio, han dejado en evidencia "la diplomacia imperial, llena de arrogancia, cinismo e hipocresía".

Los cables muestran "una diplomacia que espía y conspira", sostiene Bolivia
Argentina, Brasil y México se opusieron a las críticas contra la Casa Blanca

Rodríguez subrayó que en estos informes "se confunde diplomacia con espionaje" y advirtió de que, "más allá de sonrisas y palabras amables del presidente de EE UU, no ha habido cambio alguno" en la relación con su país, que soporta el embargo económico de Washington desde 1960. En nombre de Venezuela habló su canciller, Nicolás Maduro. "Ratificamos nuestro más profundo repudio a las operaciones de intriga para dividir el continente y socavar a nuestros Gobiernos y pueblos", declaró.

El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, insistió en que estas revelaciones confirman que existe "una diplomacia imperial de espionaje y de conspiración permanente" y se mostró convencido de que "nuestras comunicaciones personales, nuestros correos y nuestra respiración están controlados". "Quizás debamos cuidarnos con el presidente en nuestras relaciones amorosas", bromeó Linera, ante la ausencia de Morales, que alegó motivos de salud para faltar a la cumbre. "No puede ser que la diplomacia imperial genere distancias entre nosotros", dijo el vicepresidente de Bolivia, el mismo día en que EL PAÍS publicó informes secretos según los cuales Venezuela compraba lealtades en el Ejército boliviano.

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, intentó que la declaración final incluyera el repudio a la diplomacia de EE UU. Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, los otros socios de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), lo respaldaron, pero ni Cristina Fernández ni sus pares de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y México, Felipe Calderón, lo aceptaron. De ahí que Correa no se refiriera al escándalo de Wikileaks en su discurso ante los demás mandatarios. Preguntada al respecto, la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, insistió en minimizar los informes secretos, alegando que tienen una "importancia relativa" porque solo reflejan la "opinión subjetiva de una parte" y se mostró convencida de que "no puede afectar a las relaciones entre los Gobiernos iberoamericanos".

Los cables filtrados incluyen alusiones a las gestiones discretas que Argentina había ofrecido a EE UU para influir sobre el Gobierno boliviano o las críticas de la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, al "inestable" Gobierno de Fernández, sobre cuyo estado mental llegó a pedir información Washington, así como comentarios de altos cargos españoles sobre la corrupción en Argentina o datos sobre la libertad de movimientos de los servicios secretos cubanos en Venezuela, entre otros espinosos asuntos.

La Cumbre Iberoamericana, a la que faltó por primera vez un presidente del Gobierno español, supuso la despedida de Lula, que el 1 de enero entregará el poder a Dilma Rousseff. Fernández, como anfitriona, rindió homenaje al presidente de Brasil y le regaló una foto con su marido y antecesor, el fallecido Néstor Kirchner. "Lula y Kirchner hicieron lo que durante décadas se decía que era imposible: construir alianzas con Brasil, un país que siempre estuvo entre nuestras principales hipótesis de conflicto", admitió la presidenta argentina. Lula correspondió con palabras de homenaje a Kirchner. "Era el Maradona de la política", dijo como elogio.

Buscador de cables

Ver todos los documentos »
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, abraza a su homólogo brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, en el pleno de la cumbre.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, abraza a su homólogo brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, en el pleno de la cumbre.EFE

Costa Rica denuncia la agresión de Nicaragua

El conflicto fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua irrumpió en la Cumbre Iberoamericana dejando en evidencia las tensiones latentes que amenazan a una región que disfruta uno de sus más largos periodos de paz, democracia y prosperidad. Fue la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, quien llamó a los demás mandatarios a intervenir y "no cerrar los ojos" ante la "flagrante ocupación militar y devastación ambiental" causada por el Ejército nicaragüense en parte de su territorio.

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, no acudió a Mar del Plata, precisamente para no verse "sentado en el banquillo", según sus palabras, pero su representante, la presidenta del Tribunal Supremo de Nicaragua, Alba Luz Ramos, rechazó un pronunciamiento sobre el contencioso, alegando que hacerlo sería prejuzgar el resultado del procedimiento abierto en la Corte Internacional de La Haya. El contencioso se remonta al 18 de octubre, cuando Managua comenzó obras de dragado en la desembocadura del río San Juan, en la frontera de ambos países. Costa Rica, Estado que carece de Ejército, envió un contingente de policía armada y Nicaragua contestó con la instalación de un destacamento militar en la isla Calero, en medio del río, cuya soberanía también se disputan los dos vecinos. Costa Rica ha pedido la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA) y acusa a Nicaragua de haber invadido su territorio, mientras que Managua lo niega y solo admite el dictamen del tribunal de La Haya, que espera favorable, porque ya le dio la razón en 2009.

El litigio surgió también en el tradicional desayuno que el Rey de España ofreció a los mandatarios centroamericanos. Según explicó la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, España está dispuesta a formar parte de un Grupo de Amigos que medie entre los dos países, si la iniciativa sale adelante, aunque hasta ahora no cuenta con el imprescindible visto bueno de Managua. El presidente panameño, Ricardo Martinelli, pidió a sus dos vecinos que solucionen su contencioso a través del diálogo. "Nuestra pelea debe ser contra la desigualdad, el subdesarrollo o el narcotráfico. No podemos perder energía peleando", enfatizó.

La jefa de la diplomacia española charló con el representante marroquí en la cumbre, Omar Azziman, ex embajador en España y responsable del proyecto de descentralización marroquí, con quien "intercambió impresiones" sobre los últimos acontecimientos, incluidas las resoluciones de los Parlamentos español y marroquí. Jiménez intentó desmarcarse de las mismas. "Yo represento al Ejecutivo de España y mantengo relaciones con el Ejecutivo marroquí", contestó, no dándose por aludida ante el propósito de los diputados marroquíes de reabrir el contencioso de Ceuta y Melilla.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_