Un cardenal argentino critica al Gobierno por no frenar la pobreza

El cardenal argentino Jorge Bergoglio criticó ayer duramente al Gobierno y a la sociedad por no impedir el aumento de la pobreza en el país, una situación que consideró "inmoral, injusta e ilegítima", porque ocurre en una nación que tiene condiciones objetivas para evitar o corregir esos daños. "En lugar de eso, pareciera que se ha optado por agravar más las desigualdades", aseguró el primado de la Iglesia católica argentina, para quien "los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión y los asesinatos, sino también por estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades".

En las últimas semanas, un gran número de organizaciones cívicas y religiosas ha denunciado el aumento de los niveles de pobreza en Argentina, que oficialmente se sitúan en el 15%, pero que la propia presidenta, Cristina Fernández, valoró recientemente en torno al 23% de la población.

Bergoglio, jesuita, reclamó una respuesta "ética, cultural y solidaria" para saldar la deuda social con millones de argentinos, en su mayoría niños y jóvenes, y aseguró que es imperativo luchar para cambiar las causas estructurales y las actitudes personales o corporativas que generan esta situación.

No es la primera vez que el cardenal argentino o la propia Iglesia católica denuncian al Gobierno de Kirchner por el aumento de la pobreza, aunque en esta ocasión el ataque sonó todavía más duro porque Bergoglio comparó pobreza y violación de los derechos humanos, cuya defensa ha sido, precisamente, una de las grandes banderas esgrimidas por los sucesivos Gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Hace pocos días, la Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones más Necesitadas lanzó un comunicado en el que consideraba "escandaloso" que las estadísticas oficiales hablaran de una progresiva reducción de la pobreza.

El cardenal primado intervino en un seminario sobre Políticas Públicas, organizado por la escuela de Posgrado Ciudad Argentina (Epoca), la Universidad del Salvador y la Carlos III de Madrid, y coordinado por el ex ministro Roberto Dromi. En el panel sobre políticas sociales intervinieron también el rabino Sergio Bergman, muy conocido por su actitud crítica con el Gobierno de Kirchner; la senadora Hilda González de Duhalde, peronista en la oposición, y el catedrático y ex ministro español Tomás de la Quadra Salcedo, que habló sobre responsabilidad social corporativa.

La intervención más sonada fue la del cardenal, que no ahorró críticas a la situación por la que atraviesa Argentina. Bergoglio hizo hincapié en la extraordinaria fuga de capitales que ha padecido y padece el país: "Hay aproximadamente 150.000 millones de dólares de argentinos en el exterior, sin contar los que están fuera del sistema financiero, y los medios de comunicación nos dicen que siguen yéndose de Argentina, aproximadamente, otros 2.000 millones de dólares más al mes", aseguró. "¿Qué se puede hacer para que estos recursos sean puestos al servicio del país, en orden a saldar la deuda social y generar las condiciones para un desarrollo integral?", se preguntó.

Bergoglio fue provincial de los jesuitas desde 1973 hasta 1979, durante el inicio de la dictadura militar (momento en el que se produjo un incidente no aclarado con la detención y secuestro de dos jesuitas que trabajaban en los barrios más pobres de la capital). Mantuvo unas relaciones muy tensas con el padre Arrupe, que terminó por relevarle del cargo.

En 1992 volvió a primer plano de la vida religiosa al ser nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires, donde desde entonces mantiene fama de hombre austero y frugal, hasta ahora muy alejado de cualquier protagonismo político.