Un brote de cólera complica la precaria situación de Haití
La epidemia ha causado 138 muertos y se expande con rapidez
Los peores temores se han confirmado: el cólera ha venido a complicar la precaria situación en la que se encuentra Haití tras el devastador terremoto del pasado 12 de enero. El brote se ha cobrado ya la vida de al menos 138 personas, y otras 1.500 están infectadas. Las autoridades temen que los casos se disparen en los campamentos donde se hacinan miles de desplazados por el seísmo, que destruyó Puerto Príncipe, la capital, y causó 250.000 muertos.
El origen del brote está, precisamente, en el departamento de Artibonite, en el norte del país, que ha recibido buena parte del flujo de refugiados. Y el foco, según todos los indicios, está en el agua de un canal de abastecimiento público. El ministro haitiano de Salud, Alex Larsen, confirmó ayer que se trataba de una epidemia de cólera del "tipo más peligroso" -el 01-, la primera que sufre el país caribeño desde hace un siglo. Por la mañana, el presidente, René Preval, convocó de urgencia a su Gabinete.
Funcionarios de la Organización Panamericana de la Salud han mostrado su preocupación por la gravedad del brote y el elevado número de muertos. La enfermedad se expande a gran velocidad, espoleada por las precarias condiciones sanitarias en las que viven los desplazados. Los hospitales de la región, con carencias de personal y medicamentos, están desbordados. Los pacientes yacen en pasillos y estacionamientos, donde son hidratados con sueros intravenosos. Los menos graves están siendo evacuados a otros centros menos congestionados. Las ONG, muy presentes en el país a raíz del terremoto, han comenzado a coordinarse con las autoridades haitianas para atender la nueva emergencia. La vecina República Dominicana ha reforzado los controles sanitarios en la frontera con Haití.
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