La Unión Europea se pone al frente de la lucha contra el cambio climático
Los Veintisiete ayudarán con 2.400 millones al año a los países en desarrollo
La UE se sorprendió ayer a sí misma al contabilizar hasta 2.400 millones de euros anuales durante el trienio 2010-2012 para ayudar a la transición de los países menos desarrollados a la lucha contra el cambio climático. A la cifra contribuirá cada uno de los Veintisiete, aunque los países con economías más débiles lo harán simbólicamente. Con este acuerdo, la UE acude a Copenhague en posición de superioridad moral ante otros países desarrollados y decidida a incrementar del 20% al 30% su promesa de recorte de gases de efecto invernadero si otros países desarrollados hacen un esfuerzo semejante.
"Es más de lo que esperábamos", reconoció José Manuel Durão Barroso en una conferencia de prensa celebrada al concluir el Consejo Europeo. En la primera jornada de negociaciones se alcanzaron con esfuerzo los 1.800 millones y, tras una madrugada de transacciones, todavía ayer había cinco países en precaria situación económica que no se sentían con fuerzas para poner dinero sobre la mesa.
Londres ofrece 533 millones; Francia y Alemania, 420 cada una, y España, 125
La UE, dispuesta a incrementar al 30% el objetivo de recorte de emisiones
Fredrik Reinfeldt, el primer ministro sueco y presidente de turno de la Unión, tocó a rebato a los Veintisiete, casi arengándoles a llegar a Copenhague orgullosamente envueltos en la bandera de la Unión y convocó una reunión en la que participaron Alemania, España, Francia, Reino Unido y la Comisión para salir del atasco. Siguiendo la estela sueca y sus 255 millones anuales, Gordon Brown ofreció 533 millones; Nicolás Sarkozy y Angela Merkel, 420 millones cada uno, y José Luis Rodríguez Zapatero, 125. Silvio Berlusconi anunció luego 200 millones. Así, en una gradación descendente en función de las distintas circunstancias nacionales. Se impuso la solidaridad comunitaria: se dieron por buenas promesas simbólicas (Letonia aportará 10.000 euros al año) y compromisos no concretados de pagos (Rumania) y países en condiciones de ser más generosos (España entre ellos, que aumentó sus previstos 100 millones) abrieron más sus carteras.
De ahí que Reinfeldt anunciara con evidente satisfacción la consecución de "un total de 2.400 millones al año, de todos los Veintisiete y de la Comisión Europea" para 2010-2012, un trienio que debe ser de transición hasta la entrada en vigor de lo que se pacte en Copenhague como continuación del Tratado de Kioto, que expira en 2012. "Instamos ahora a las otras partes desarrolladas del mundo a hacer las mismas aportaciones", recalcó.
Los líderes de la Unión creen que serán necesarios 7.000 millones al año durante los próximos tres para convencer a los países en vías de desarrollo de que los ricos hablan en serio cuando dicen que quieren un acuerdo trascendente en la capital danesa con la vista puesta en 2020 y que están dispuestos a ayudarles hasta su entrada en vigor para mitigar y adaptarse a las medidas necesarias contra el cambio climático.
Se verá en Copenhague si los otros países desarrollados (Estados Unidos, Canadá y los restantes de la OCDE, según Reinfeldt) cubren los dos tercios que faltan, pero la UE al menos acude a la cita sintiéndose ejemplar tanto por el desembolso como por la disposición a aumentar hasta el 30% su esfuerzo en el recorte de gases de efecto invernadero en 2020 con respecto a las cifras de 1990.
La oferta del 30% está condicionada a que otros hagan un esfuerzo comparable y ayer los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión apuntaron acusadoramente a Estados Unidos. Reinfeldt estuvo contenido, pero Sarkozy no puedo evitar ser Sarkozy. "Europa ha asumido los compromisos más importantes, el 30%, y Europa es la que anuncia financiaciones concretas, de inmediato, para los países africanos. ¿Hay alguna otra propuesta tan concreta para Copenhague? No la hay", señaló el presidente francés, que ironizó: "Nuestros amigos americanos ofrecen un recorte del 4% en 2020 con respecto a 1990, lo que es un avance, pero parece que hay una cierta diferencia entre el 4% y el 30%".
Zapatero mantiene que Copenhague "no se puede saldar con un resultado de mínimos, sería imperdonable" y, para definir la estrategia que la UE va a desarrollar la próxima semana, en particular en la jornada final del viernes 18, se celebró la reunión convocada por Reinfeldt. Sin dar detalles de la táctica negociadora, el jefe del Gobierno español aseguró: "Vamos a ser exigentes ante otras partes que tienen mucho que decir". Zapatero pronostica que "uno de los temas cruciales de Copenhague" será el establecimiento de un sistema internacional de control tanto del recorte que se pueda pactar en las emisiones de gases como de la aplicación de las ayudas a la reconversión de los países en desarrollo.
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