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Rusia, Ucrania y Bielorrusia apuestan por la energía nuclear en el 25º aniversario de Chernóbil

El presidente ruso, Medvédev, lanza una serie de propuestas al G-8 para mejorar la seguridad atómica

Energía atómica contra viento y marea. Veinticinco años después del accidente en la central nuclear de Chernóbil, la mayor catástrofe en la historia del átomo civil, Ucrania, Bielorrusia y Rusia, los tres países más afectados, apuestan fuerte por la energía nuclear. Las reflexiones ecológicas, eventualmente propiciadas por Chernóbil primero y Fukushima después, se concretan a lo sumo en ideas para mejorar, unificar y coordinar la seguridad de las nucleares en el mundo.

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y el de Ucrania, Víctor Yanukóvich, rindieron hoy tributo a los liquidadores, un colectivo formado por centenares de miles de personas de distintas profesiones que trabajaron para superar el accidente, junto a la central siniestrada, a 120 kilómetros al norte de Kiev y asistieron a una misa en el pueblo de Chernóbil (a 15 kilómetros de la central) oficiada por el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril. Medvédev aprovechó el evento para proponer una nueva convención internacional sobre seguridad nuclear y dijo haber difundido propuestas a ese efecto para debatirlas en la próxima cumbre del G-8. El objetivo, según dijo, es "asegurar el debido desarrollo de la energía atómica en el mundo, evitando al mismo tiempo consecuencias catastróficas globales".

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La página de web del Kremlin presentaba las "iniciativas" del jefe del Estado ruso como el "resultado del análisis" de los acontecimientos en Fukushima 1" y de la "tendencia al activo desarrollo de la energía atómica civil en el mundo". Entre las ideas propuestas, incrementar la responsabilidad estatal, coordinar y reglamentar la información en caso de avería y endurecer la normativa de edificación de centrales nucleares en zonas sísmicas peligrosas o propensas a "otros cataclismos" de la naturaleza.

Mientras Yanukóvich y Medvedev conmemoraban el aniversario, en Bielorrusia, el presidente Lukashenko lo hacía por su cuenta en el pueblo de Dernóvich, en la región de Gómel. Dernóvich es un pueblo fantasma y forma parte de la zona de exclusión donde fueron evacuadas un total de 22.000 personas. La catástrofe obligó a evacuar a 150.000 personas en Ucrania y afectó también a varias provincias occidentales rusas, como Briansk y Tula.

Bielorrusia, que proporcionalmente fue la más afectada por el accidente, ha recurrido a Rusia para construir su primera central nuclear. Se financiará con un crédito también ruso y debe estar lista para 2016. Se oponen los ecologistas y los países vecinos como Lituania, que se vio forzada a clausurar la central nuclear de Ignalina (del mismo modelo de Chernóbil) por exigencia de la Unión Europea. Rusia, que tiene una posición aventajada en el mercado internacional de la energía atómica, produce el 16% de su electricidad con energía nuclear y proyecta aumentar esa proporción al 25% para 2030. Ucrania, a su vez, produce el 50% de su electricidad en centrales nucleares y no pone en cuestión su orientación pronuclear, aunque planea rebajar sus ambiciosos planes de construcción de nuevas centrales por razones económicas independientes de la catástrofe de Fukushima.

"La energía atómica continúa siendo el método económicamente más ventajoso de producir energía eléctrica y, si se observan las correspondientes normas, el más seguro", afirmó Medvédev en un llamamiento a sus conciudadanos con ocasión del trágico aniversario, que ha perjudicado la salud de decenas de miles de personas y ha inutilizado un amplio territorio para la vida humana durante varios siglos. "La humanidad se desarrolla y nadie ha propuesto hasta ahora otros fuentes de energía que pudieran sustituir a la energía atómica y por lo visto esto no es necesario", afirmó Medvédev, según el cual, lo que importa es "que comprendamos con qué fuerza tiene que habérselas la humanidad y que nuestras resoluciones técnicas estén a la altura de los desafíos planteados por la energía atómica". "Hoy todo el mundo sabe que estas catástrofes no tienen fronteras y amargo ejemplo de ello ha sido Fukushima ", dijo, a su vez, Yanukóvich.

El residente ucraniano se vio obligado a reconocer que su país no está atendiendo como es debido las necesidades sociales de los liquidadores. Una treintena de bomberos que apagaron el incendio en el cuarto bloque en la noche del accidente fallecieron en el transcurso de pocos días tras ser trasladados a Moscú. Fueron las primeras víctimas y sus restos, enterrados en ataúdes de plomo, reposan bajo losas de hormigón en el cementerio de Mítinskoye, en la capital rusa.

Una conferencia internacional de donantes celebrada el 19 de abril en Kiev recogió 550 millones de euros para completar las obras que deben garantizar la seguridad de Chernóbil, a saber una cubierta sobre el sarcófago apresuradamente construido en 1986 y un almacén para procesar los residuos radioactivos que están todavía en la central.

El presidente ruso Domitri Medvédev y el ucranio Viktor Yanukovych, participan en un servicio religioso en la catedral de San Elías, cerca de Chernobil (AP/RIA Novosti, Vladimir Rodionov, Servicio de Prensa Presidencia).
El presidente ruso Domitri Medvédev y el ucranio Viktor Yanukovych, participan en un servicio religioso en la catedral de San Elías, cerca de Chernobil (AP/RIA Novosti, Vladimir Rodionov, Servicio de Prensa Presidencia).

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