La UE toma el control de la frontera entre Serbia y Kosovo
Las fuerzas de la OTAN se despliegan en la zona para evitar incidentes violentos
Equipos mixtos de policías de la Eulex (la misión de la UE) y kosovares han sido trasladados hoy en helicóptero a dos pasos fronterizos entre Kosovo y Serbia. La urgencia del transporte revela la creciente tensión entre serbios y albanokosovares en el norte de Kosovo, especialmente en Jarinje y en Brnjak, dos localidades a unos 100 kilómetros de Pristina, que han registrado protestas de la minoría serbia en las últimas horas. El conflicto entre las dos comunidades se recrudeció el pasado mes de julio, cuando el Gobierno de Pristina decidió enviar policías de aduanas a la frontera lo que provocó graves protestas de los serbios y disturbios que causaron la muerte de un policía albanokosovar. Las manifestaciones obligaron en aquellas fechas a retirar a los policías en una frontera muy permeable para todo tipo de actividades ilegales, en especial tráfico de drogas y de armas.
A lo largo de la jornada de hoy se han sucedido los llamamientos a la calma tanto desde Belgrado, la capital serbia, como desde Pristina o desde la UE para evitar una nueva escalada de incidentes. Así, un portavoz del Gobierno serbio mostró su confianza en que los serbios de Kosovo "mantengan la sensatez y eviten las provocaciones". Entretanto, el primer ministro kosovar, el exguerrillero Hashim Thaci, señaló que el envío de policías y funcionarios de aduanas fue "exitoso" y agregó que no se dirige contra los serbios, sino que tiene como objetivo restablecer el imperio de la ley según la Constitución kosovar". En las últimas horas, una relativa calma se ha instalado en la frontera, donde las fuerzas de la OTAN (Kfor) se han desplegado en la región, considerada zona militar desde los incidentes de julio. "Kfor, alto o se disparará", rezan las pancartas desplegadas en los alrededores de los puestos fronterizos.
Provincia autónoma en el seno de Serbia en los tiempos de la antigua Yugoslavia, Kosovo está poblada mayoritariamente por habitantes de etnia albanesa, si bien una minoría de unos 60.000 serbios (sobre una población total de 1,7 millones) sigue viviendo en la zona norte del país, sobre todo, en torno a la ciudad de Mitrovica. Desde los bombardeos de la OTAN en 1999 que precipitaron la caída del régimen de Slobodan Milosevic en Serbia, los albanokosovares vivieron bajo una suerte de protectorado internacional y reclamaron de forma insistente la independencia. Finalmente, la ONU avaló en 2008 la independencia de Kosovo, tras un referéndum abrumador a favor de la secesión de Serbia y de la creación de un nuevo Estado. Alrededor de 80 países han reconocido esa independencia, si bien algunos Estados de la UE, entre ellos España, se han negado a reconocer ese estatus. De hecho, el pasado jueves los embajadores de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, principales valedores de la independencia, dieron su apoyo a los planes del Gobierno de Pristina de enviar policías y funcionarios de aduanas a la frontera.
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