Rusia se resiste a replegarse de Georgia
Los soldados aún patrullan en los alrededores de tres ciudades georgianas - Ucrania exigirá que los navíos rusos pidan permiso para operar desde Crimea
El Kremlin se vio obligado ayer a dejar de negar lo que era evidente para todo el mundo y tuvo que dar explicaciones sobre la presencia de sus tropas en el interior de Georgia, fuera de los límites de las regiones separatistas de Abjazia y Osetia del Sur. El Gobierno de Tbilisi solicitó anoche a la Corte Internacional de Justicia (ICJ, en sus siglas en inglés) que dicte una orden urgente para que Rusia ponga fin a la limpieza étnica y a las violaciones de derechos humanos en Georgia. La ICJ, que depende de la ONU, dirime querellas entre Estados.
Los militares rusos consideran "legítimas" las incursiones de los llamados "grupos de exploración" -en realidad fuerzas militares de élite- en el puerto de Poti y en las ciudades de Gori y Zugdidi. Tbilisi acusó ayer a Moscú de volver a entrar con sus tropas en esas ciudades, realizar pillajes y destruir las instalaciones militares. Anatoli Nogovitsin, vicejefe del alto mando ruso, confirmó la presencia de soldados en Gori, a menos de 30 kilómetros de Osetia del Sur, pero especificó que eran blindados de transporte de tropas de exploración y no carros de combate como se había informado. "Lo que la prensa da como 50 tanques son en realidad blindados con grupos especiales de soldados para tareas de exploración" para garantizar la seguridad y coordinar el repliegue, señaló el general.
El Kremlin considera legítimas las incursiones cerca de la frontera
Tbilisi insiste en que la aviación rusa ha atacado objetivos civiles
Moscú se resiste a entregar el control de Gori a la policía georgiana -lo hizo ayer por la mañana pero en menos de dos horas recuperó el poder- porque se trata de un punto importante en muchos sentidos. "Desde allí", afirmó Nogovitsin, "se dirigió la invasión , y en los alrededores hallamos un inmenso arsenal de distintos tipos de armamento". Insistió en que las tropas rusas siguen allí para "dar seguridad" de la población civil. A última hora de ayer, informaciones procedentes de la zona indicaban que los rusos habían reanudado los preparativos para entregar Gori de nuevo a la policía georgiana.
El general subrayó que la aviación y sus tropas no han tenido como blancos los oleoductos y otras instalaciones civiles. "No tocamos los oleoductos, porque ello tendría consecuencias ecológicas muy grandes. No son blancos militares para nosotros", aseguró. Por territorio de Georgia pasan dos oleoductos (el estratégico Bakú-Tbilisi-Ceyhan y el Bakú-Supsa) y el gasoducto Bakú-Tbilisi-Erzurum. Este último reanudó ayer el bombeo de combustible interrumpido el martes por razones de seguridad. El domingo dejó de funcionar por las mismas razones el de Bakú-Supsa.
Nogovitsin reconoció que el Ejército georgiano estaba terminando de retirarse del distrito de Mtsjeta y que en el desfiladero del Kodori, en Abjazia, las fuerzas de Tbilisi estaban entregando sus armas. La aviación rusa y los buques de guerra, señaló, continúan su patrullaje para "neutralizar las posibles amenazas". En cualquier caso, Nagovitsin advirtió de que la retirada no será total, puesto que en Osetia del Sur permanecerá un contingente suficiente para garantizar la paz en la zona. Ayer, en la capital surosetia, Tsinjvali, no había señal de presencia militar georgiana.
En Washington, el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, declaró que tenía información de que el Ejército ruso había comenzado a retirarse a regañadientes del territorio georgiano, pero que el repliegue aún no se había completado. Gates explicó el plan de ayuda de la Casa Blanca a Georgia asegurando que en una primera etapa será de asistencia humanitaria, pero que más adelante EE UU prevé ayudar militar y económicamente a su aliado georgiano.
Para la Casa Blanca, la resistencia de Rusia a replegarse de Georgia no fue nada comparado con el espaldarazo que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, dio a los separatistas surosetios y abjazos. Moscú les aseguró que actuará como garante internacional de las aspiraciones independentistas de ambos enclaves. Rusia ha estado abonando el camino para este momento: desde mucho antes de la guerra comenzó a conceder la ciudadanía rusa a muchos de los habitantes de los enclaves y tras la independencia de Kosovo contra su voluntad advirtió que el precedente no tardaría en contagiarse a esa área del Cáucaso.
Hoy se espera en el Kremlin la llegada de la canciller de Alemania, Angela Merkel, quien debatirá con el presidente Dmitri Medvédev las perspectivas de paz en Georgia. Alemania y Rusia tienen una estrecha relación diplomática y comercial y la opinión de Berlín, como peso pesado de la UE, cuenta para Moscú.
Desde Tbilisi, el presidente Mikjaíl Saakashvili acusó nuevamente a Rusia de incumplir la tregua y de que estar destruyendo premeditadamente objetivos civiles y económicos georgianos. "El hecho de que la mayor parte de las bombas cayeron sobre blancos exclusivamente económicos y civiles indica claramente que se trata de acciones premeditadas que nada tienen que ver con Abjazia y Osetia del Sur", dijo ayer durante la conferencia de prensa conjunta con el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan. Uno de los principales temas que discutieron ambos políticos fue el problema de la seguridad de las tuberías de hidrocarburos que pasan por territorio de Georgia.
El Parlamento georgiano procedió ayer a anular el tratado por el cual formaba parte de la Comunidad de Estados Independientes, una organización de 12 países que integraban la desaparecida Unión Soviética y que hoy, según dijo Saakashvili al anunciar la salida de su país, Rusia gobierna a su antojo.
En Ucrania, el decreto firmado la víspera por el presidente Víktor Yúshenko que ahora exige un permiso especial a los buques, aviones y personal de la flota rusa del mar Negro para poder cruzar la frontera estatal, amenaza con degenerar en un serio conflicto. Serguéi Kirichenko, jefe del Estado Mayor ucraniano, declaró ayer en Kiev que garantiza que hará "todo lo necesario para que el decreto presidencial sea cumplido". Los militares rusos, sin embargo, aseguran que Yúshenko no puede dar órdenes a la flota del mar Negro y califican el documento de "ilegítimo". Rusia ha advertido que lo ignorará y seguirá actuando en concordancia con los acuerdos sobre la flota firmados. Esto significa que si los ucranios tratan de impedir por la fuerza los movimientos de los buques de guerra rusos, no está excluido que la crisis derive en un enfrentamiento naval.
150.000 desplazados
- La guerra ha provocado un total de 150.000 desplazados desde su inicio.
- 45.000 surosetios huyeron a Rusia tras los ataques de Georgia, incluyendo 7.000 niños.
- 60.000 georgianos salieron de Gori y las principales ciudades del país una vez que Rusia comenzó la ofensiva.
- 45.000 desplazados se adentraron en Abjazia para evitar los combates.
- 12.000 refugiados han regresado ya a Osetia del Sur.
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