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Procesada por desacato la ex portavoz de Carla del Ponte

Florence Hartmann utilizó en un libro material reservado del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia

Entre 2000 y 2006, la periodista francesa Florence Hartmann, de 46 años, fue la portavoz y asesora de Carla del Ponte, entonces fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia. Cuando su jefa dejó el puesto una vez agotado su mandato, ella también se marchó. Poco después, publicaría un polémico libro titulado Paz y Castigo (Flammarion, 2007) que ayer la devolvió a la sala de vistas del Tribunal, con sede en La Haya. En esta ocasión, sin embargo, la imputada es la propia Hartmann. Se la acusa de desacato por haber desvelado documentos confidenciales relativos al juicio del fallecido ex presidente serbio Milosevic. Enfrentada a una pena de siete años de cárcel, o bien a una multa de 100.000 euros, la periodista sostiene que la información utilizada era ya del dominio público. Que es inocente y sólo ejerció el derecho a la libertad de expresión. El problema es que los datos incluidos en su libro se referían a la supuesta implicación de Serbia, con tropas y dinero, en la masacre de Srebrenica, perpetrada por el Ejército serbobosnio en 1995.

Según la autora, el hecho de que el TPIY aceptara que Belgrado mantuviera secretos parte de sus archivos de Defensa, en nombre de la seguridad nacional, comprometió el resultado de la demanda presentada por Bosnia contra Serbia ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU. Hace dos años, esa corte sentenció que en Srebrenica se cometió un genocidio, pero Serbia sólo fue responsable de forma indirecta, al no evitarlo. En otras palabras, no había pruebas suficientes para demostrar su complicidad en la tragedia. En su libro, por el contrario, Hartmann sostiene que los pasajes censurados demostraban que Milosevic era miembro de una organización criminal resuelta a destruir a los musulmanes bosnios. También podía concluirse que el general serbobosnio Ratko Mladic, acusado él sí por Srebrenica, no sólo recibió armas de Belgrado: también le daban órdenes. En opinión de Hartmann, si los jueces de Naciones Unidas hubieran leído los documentos en cuestión, "habrían condenado al menos a Belgrado a indemnizar a Bosnia con miles de millones de euros".

En la sesión de ayer, los abogados de la reportera, que cubrió asimismo el conflicto de los Balcanes para el rotativo Le Monde antes de llegar al TPIY, alegaron que los pasajes conflictivos de su obra "eran un secreto a voces y no se ha violado ninguna norma". Del mismo modo, tampoco supondría un delito otro de los capítulos de Paz y Castigo, en el mismo se asevera que Radovan Karazic, ex líder político serbobosnio a punto de juicio por el genocidio de Srebrenica, "no fue detenido en 1997 porque Rusia se opuso". Estados Unidos y Reino Unido habrían convencido luego a Francia de que no insistiera en pedir su captura.

Para los jueces del TPIY, no se trata tanto del contenido de los documentos aireados, "sino de haber puesto en entredicho la credibilidad del tribunal, y de haber comprometido futuros procesos". Hartmann es la primera periodista occidental procesada por desacato por el Tribunal para Yugoslavia. Otros cuatro colegas de los Balcanes han pasado ya por su mismo trance. Uno de ellos fue condenado a tres meses de prisión por revelar la identidad de varios testigos protegidos.

Florence Hartmann, durante la vista celebrada hoy en el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia
Florence Hartmann, durante la vista celebrada hoy en el Tribunal Penal Internacional para la ex YugoslaviaTPIY

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