Primer condenado a muerte en Irán por fomentar las protestas de junio
El Tribunal de la Prensa ordena el cierre de tres periódicos reformistas
El tribunal revolucionario de Teherán ha pronunciado la primera sentencia de muerte contra uno de los acusados de fomentar las protestas poselectorales, según informaban ayer el portal del Comité de Reporteros de Derechos Humanos (schrr.net) y la web reformista Mowjcamp.com. El condenado se llama Mohammad Reza Ali Zamaní y es miembro de la prohibida Asociación Monárquica de Irán. La noticia se conoce dos días después de que el poder judicial ordenara el cierre de tres periódicos reformistas en lo que se interpreta como un nuevo intento de controlar la información e impedir nuevas quejas.
Al parecer, el lunes Zamaní fue trasladado desde la prisión de Evín hasta la sala 15 del tribunal revolucionario, donde el juez Abdolqasem Salavatí le comunicó la condena. De acuerdo con la legislación iraní, ésta puede ser recurrida ante un tribunal superior. Las autoridades no han confirmado ni desmentido la noticia. Ninguna de las fuentes recoge tampoco las acusaciones concretas que se le imputan.
La 'desaparición' de un científico nuclear añade tensión a la disputa con EE UU
El 8 de agosto, cuando Zamaní compareció junto a otros encausados ante la misma sala, la agencia semi oficial Mehr dijo que se le acusaba de "ser un miembro activo de una asociación terrorista de la monarquía iraní, llevar a cabo actividades propagandísticas contra el sistema islámico y participar en manifestaciones con el objetivo de minar la seguridad nacional". Según esa fuente, el reo tiene 37 años.
Su testimonio quedó eclipsado entonces por los de la ciudadana francesa Clotilde Reiss y dos empleados locales de las embajadas de Francia y el Reino Unido, además de varios destacados miembros de la oposición reformista. Fue la segunda vista del macro juicio que durante el verano se ha celebrado contra unos 150 supuestos instigadores de las protestas que siguieron a la controvertida reelección como presidente de Mahmud Ahmadineyad.
El pasado lunes, el tribunal de la prensa también cerró los diarios pro reformistas Farhang-e Ashti (Cultura de reconciliación) y Arman (Objetivo), de alcance nacional, además del influyente Tahlil-e Ruz (Análisis del día) que se editaba en la ciudad de Shiraz. Hace apenas un mes que retiraron de los quioscos el también opositor Etemad-e Melli (Confianza nacional). Los observadores ven en estas medidas la clara determinación de las autoridades de silenciar las voces críticas que han surgido desde las elecciones del pasado junio.
Mientras, la sospechosa desaparición de un científico nuclear durante un peregrinaje a La Meca puede convertirse en otro obstáculo en los esfuerzos internacionales para que Irán aclare las intenciones de su programa atómico. El ministro de Exteriores, Manuchehr Mottaki, acusó el miércoles a EE UU de estar implicado en la desaparición de Shahram Amirí, de quien su familia no tiene noticia desde hace cuatro meses.
Según ha relatado su esposa a la agencia de noticias iraní Isna, Amirí salió hacia a Arabia Saudí el 31 de mayo y tres días después hizo la última llamada telefónica a su casa. Se encontraba en Medina, una ciudad cercana a La Meca donde suelen alojarse muchos peregrinos. El científico le dijo que a su llegada al país la policía le interrogó ampliamente, "más que a cualquier otro pasajero", de acuerdo con el testimonio de la esposa recogido por Isna, que no facilita su nombre.
Aunque Mottaki sólo lo identificó como "un ciudadano iraní", la cadena PressTV reveló que Amirí enseñaba en la Universidad Malek Ashtar, vinculada a la Guardia Revolucionaria y que la ONU considera un lugar de investigación nuclear. La web conservadora Jahannews fue más allá y dijo que trabajaba en la recién descubierta planta de enriquecimiento de Qom. Es todo lo que han necesitado los analistas para sugerir que pudo desertar y revelar la existencia de esa instalación.
De momento, son meras especulaciones. Lo que está claro es que Irán se está tomando muchas molestias por un simple peregrino. Asharq al Ausat, un periódico saudí editado en Londres, informó la semana pasada de que Mottaki había presentado una queja formal al secretario general de la ONU por la desaparición de Amirí y de otros iraníes en años recientes. En 2007 se perdió el rastro de Ali Reza Ashgarí, ex viceministro de Defensa y general retirado de la Guardia Revolucionaria, durante un viaje a Turquía. Irán también reclama información a Georgia sobre un hombre de negocios identificado sólo por el apellido, Ardebilí, y sobre el que Tiflis se niega a hablar.
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