Obama pide que la transición sea "ahora"
Barack Obama pidió anoche que la transición hacia la democracia en Egipto comience "ahora" y, aunque no se pronunció sobre si Hosni Mubarak debe irse o permanecer en el poder mientras ese proceso se desarrolla, apeló al Ejército para que, como está haciendo hasta el momento, garantice que el cambio se produce de una forma pacífica y ordenada.
El presidente norteamericano camina por un línea muy estrecha. Se enfrenta a un dilema gigantesco entre el respeto a la voluntad del pueblo egipcio, que dijo apoyar, y los intereses globales de EE UU, que están decisivamente en juego en esta crisis. Obama hizo verdaderos malabarismos al comparecer, apenas dos horas después de la intervención de Mubarak, para equilibrar esas dos preocupaciones, con una declaración que va un paso más allá de lo que Washington ha ido hasta ahora pero que quizá es insuficiente para ganar las simpatías de los cientos de miles de personas que se manifiestan en El Cairo.
El presidente estadounidense, que mantuvo ayer varias horas de reuniones con sus asesores para seguir de cerca estos históricos acontecimientos, dijo que había hablado durante media hora con Mubarak y que le había trasladado su criterio de que "la transición tiene que ser verdadera, tiene que ser pacífica y tiene que empezar ahora".
Obama no declaró haberle dicho al presidente egipcio la única palabra que su pueblo parece querer escuchar en las circunstancias actuales: "Vete". Se quedó, en efecto, a milímetros de eso. La manera en la que el presidente norteamericano enfatizó en su declaración la palabra "ahora" deja claro que aceptará tácticas dilatorias ni maniobras que distorsionen las reformas democráticas. Pero, al mismo tiempo, al no rechazar la propuesta de Mubarak de permanecer en el poder hasta las elecciones de septiembre, bendijo indirectamente esa posibilidad.
Obama era consciente del peso de sus palabras de anoche. Por eso, dentro de su breve comparencia, se dirigió también a los ciudadanos egipcios para transmitirles la simpatía por su causa y el respeto de Estados Unidos a su soberanía. "Escuchamos vuestras voces y vuestra voluntad de decidir vuestro destino", dijo.
Estados Unidos había insistido hasta ahora en que no pensaba intervenir en la evolución de las protestas. Pero el papel norteamericano en ese país y en esa región es demasiado protagonista como para pretender permanecer al margen. Distintas fuentes oficiales estadounidenses fueron anticipando ayer lo que Mubarak diría en su discurso cerca de la medianoche, lo que hace evidente que la diplomacia norteamericana ha estado trabajando en las últimas horas en una solución que intenta hacer compatibles los principios que defiende con los intereses que están juego.
Uno de los interlocutores principales de EE UU en esta situación es el Ejército egipcio, que mantiene relaciones fluidas y amistosas con el Pentágono. Obama elogió la actuación de los militares en estos días de protestas y dejó claro que Washington desea que el Ejército ejecute hasta el final su labor de árbitro y conciliador de una sociedad en la que goza de un gran prestigio.
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