Misión Milagro: una operación de ojos a cambio de adoctrinamiento
México teme que los enfermos de la vista operados de forma gratuita en Caracas estén siendo aleccionados contra EE UU.- El servicio de inteligencia mexicano detecta a 500 bolivarianos que actúan en partidos y universidades
El Gobierno de Venezuela, con la ayuda de médicos cubanos, puso en marcha a finales de 2005 un proyecto llamado Misión Milagro. Su objetivo consistía en recoger por toda América Latina a personas de bajos recursos con problemas oculares, llevarlas en avión a Caracas y operarlas allí. El problema, según se deduce de un telegrama elaborado por la embajada de Estados Unidos en México, es que los pacientes regresaban a sus países de origen con un cierto sesgo bolivariano en la mirada. "Un informe de seguridad sensible sugiere que el Gobierno de México estaba preocupado porque los pacientes de la Misión Milagro recibían sesiones informativas pro-Venezuela y anti-EE UU como parte de su estancia". Según recogen los diplomáticos norteamericanos, el Centro Nacional de Inteligencia de México (CISEN) tenía identificados a finales de 2008 a unos 500 activistas bolivarianos de nacionalidad mexicana, "los cuales están a menudo en contacto unos con otros y tienden a vincularse con grandes movimientos sociales".
El cable deja patente la preocupación de EE UU por el interés de Hugo Chávez en difundir la ideología bolivariana por toda la región. La Misión Milagro -sostenida por el dinero del petróleo y la alta preparación de los médicos cubanos - es un eslabón más en una estrategia sostenida. Según datos del Gobierno de Venezuela, ya se han practicado más de un millón de cirugías oftalmológicas en Caracas, de las que más de 330.000 estuvieron dirigidas a pacientes internacionales. Entre los países más favorecidos se encuentran Ecuador, Nicaragua, El Salvador y Honduras. Aunque los pobres mexicanos -más del 40% de una población de 100 millones de habitantes- no son los destinatarios principales de la ayuda venezolana, sí parece existir la preocupación compartida de Estados Unidos y México por tener controlado el fenómeno.
Los diplomáticos estadounidenses se entrevistan con altos cargos del Gobierno mexicano, con personal de la embajada de Colombia en México y hasta con alumnos de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM). El informe, de cuatro folios, se hace también eco de una información aparecida en la prensa local según la cual la secretaría de Exteriores tenía previsto endurecer el tratamiento a los vuelos de la Misión Milagro procedentes de Caracas: "Quería que los vuelos se registraran como líneas aéreas comerciales y pasar a través de medidas de seguridad adecuadas al aterrizar en México en lugar de entrar con 'permisos extraordinarios' como había estado ocurriendo". Los diplomáticos se entrevistaron con Rafael Bernal Cuevas, por entonces subsecretario para Sudamérica de la Secretaría de Exteriores mexicana. "Bernal hizo una discreta referencia a la preocupación de México sobre el componente ideológico del programa, y dijo que cuando menos los pacientes estaban volviendo a México con el mensaje de que el Gobierno de Venezuela les proporcionaba un servicio que su propio Gobierno no quería o no podía".
Por su parte, el CISEN (el servicio mexicano de inteligencia) apuntó que muchos simpatizantes bolivarianos están vinculados con la Red de Solidaridad con Cuba, "que ha estado activa durante décadas pero que se ha apropiado de la retórica de Chávez para refrescar su propio discurso. Además de las redes de apoyo a Cuba, una parte de la Coordinadora Continental Bolivariana opera en México y otros activistas pro-Venezuela están vinculados al Partido de los trabajadores (PT) y a diferentes grupos de estudiantes que operan fuera de la Universidad Autónoma de México (UNAM)". Un recién licenciado de la UNAM, líder de un grupo de estudiantes, confirmó al consejero político de la embajada de Estados Unidos en México que la mayoría de los grupos de estudiantes pro-Venezuela operan desde los departamentos de Ciencias Políticas y Filosofía, entre los que "halagó a Lucía Morett, la estudiante mexicana que sobrevivió al bombardeo del campamento ecuatoriano del líder de las FARC Raúl Reyes en marzo [de 2008]".
Preocupación de Colombia
En cualquier caso, de la lectura del telegrama se deduce que la preocupación por la presencia venezolana en Cuba no es exclusivamente mexicana: "El Ministro Consejero Jaime Acosta y la Oficial de Asuntos Políticos Paola Holguin de la Embajada de Colombia en México dijeron al consejero político que Venezuela tiene una presencia considerable en México, apuntando que un número de legisladores (que no nombraron) apoyan abiertamente a Chávez. El informe de seguridad indica que los funcionarios venezolanos también tienen contacto regular con miembros del PDR, específicamente Ruth Zavaleta y miembros de la Facción Nueva Izquierda, el Partido Nueva Alianza (PANAL) y el Partido de los Trabajadores (PT)". De todas formas, el telegrama también consigna que el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD a las elecciones presidenciales de 2006, se mantiene a distancia de los intereses venezolanos para no resultar perjudicado en sus ambiciones políticas.
Los servicios de inteligencia mexicanos, continúa el telegrama, "están buscando una relación estrecha entre Venezuela y los grupos más radicales y violentos de México.
El CISEN todavía tiene que descubrir vínculos concretos entre el EPR (Ejército Popular Revolucionario) y Venezuela pero sigue investigando dada la afinidad ideológica entre ellos (...). Como ha hecho en todo el hemisferio, Venezuela busca atraer a los mexicanos a través de los grupos empobrecidos (...). CISEN informó de que la Embajada de Venezuela en México está proporcionando pequeñas donaciones a las organizaciones pro-bolivarianas, sobre todo para gastos de funcionamiento como vehículos y propaganda. CISEN sospecha, sin embargo, que la embajada también proporciona fondos a miembros de estas organizaciones para viajar al Congreso Bolivariano de grupos izquierdistas latinoamericanos".
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