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Lula rompe su silencio de 40 días para llamar a los sindicatos "oportunistas"

El expresidente media a favor de Rousseff en una disputa en torno al salario mínimo

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ha aprovechado su estancia en Dakar, en donde asiste como invitado de honor al Foro Social Mundial, para romper su silencio de casi 40 días arremetiendo contra los sindicatos, a los que ha acusado de "oportunistas". En todo este tiempo no había opinado ni una sola vez sobre el funcionamiento del Gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff.

Lula, que debe su carrera política al sindicato en donde que militó toda la vida y desde el que salió lanzado hacia la presidencia de la República, se ha referido a la polémica por el aumento del salario mínimo que están manteniendo la presidenta Rousseff -la cual está demostrando que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones- y las principales centrales sindicales.

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El Congreso había propuesto un sueldo de 540 reales. Los sindicatos querían aumentarlo a 580. Dilma llegó a 545 y le dijo a las centrales: "Es eso, 545". Estas no se conformaron y amenazan con oponerse al Gobierno en un tema tan delicado. Todo ello, a pesar de que los sindicatos, que nunca le crearon un problema a Lula en sus ocho años de mandato, votaron en masa por la candidata de Rousseff.

El Gobierno -y se lo ha recordado Lula a los sindicatos- se apoya en un acuerdo tomado conjuntamente con el Parlamento y los propios trabajadores durante su presidencia. En él se fijaba que las variaciones salariales debían combinar el aumento de la inflación con el del PIB de los dos últimos años.

Lula ha recordado a los sindicalistas, tratándolos de "compañeros", que tienen que aceptar el acuerdo. El expresidente ha recalcado que se trató de una decisión "de todos",. "Lo que no pueden nuestros colegas sindicalistas es querer mudar las reglas del juego a cada momento. O tienen una regla aprobada por el Congreso que se convierte en ley y todo el mundo queda tranquilo, o serán vistos como oportunistas".

Ante la pregunta de si aceptaría -si se lo pidiesen- mediar con los sindicatos, Lula respondió: "No, porque esa no es mi función. Es de Dilma y del Congreso".

En Dakar el expresidente brasileño sorprendió también al afirmar que había llegado la hora de que Francia "tenga por presidente a una mujer". La propuesta choca especialmente porque Lula sabe que Sarkozy, con el que ha tenido una cordial relación durante su mandato y al que incluso acogió junto a su esposa Carla Bruni en una visita a Brasil, desea volver a presentarse a las elecciones.

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