Liberaciones contrarreloj

"Ojalá la confirmación de su liberación dé a mi padre la fuerza para resistir; esperamos verlo muy pronto", dijo a este periódico Álvaro Hernán, el mayor de los cinco hijos del ex senador Luis Eduardo Gechem, secuestrado hace seis años por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La situación de este ex congresista es crítica, ya que ha sufrido siete preinfartos durante su cautiverio.

Iván Márquez, uno de los máximos comandantes de esta guerrilla, dijo el sábado, en entrevista con la Agencia Bolivariana de Noticias, que Gechem, de 56 años, será el cuarto rehén que entregarán al presidente venezolano, Hugo Chávez. Hace más de dos semanas habían anunciado la entrega de Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán. Pero a pesar de que todos piensan que los minutos corren en contra, el líder insurgente aseguró que el operativo de entrega se hará "sin prisa y sin pausa". Y añadió que no aceptarán "presiones".

Por su parte, el Gobierno colombiano reveló el viernes que sabe dónde están los cuatro ex congresistas. El anuncio causó desconcierto y angustia, e incluso fue calificado de "temerario". El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, intentó aplacar los ánimos: "Lo que queremos es acelerar el proceso de entrega, para preservar la vida de uno de los secuestrados". Y desde ese día, una y otra vez, desde las más altas instancias del Gobierno se promete que no habrá operativos militares y que se brindarán todas las garantías para la entrega, incluso en dos sitios diferentes. Según el ministro Santos, la tropa no está ni "lejos" ni "cerca" de los campamentos de las FARC.

Gechem , dice el Gobierno, está a 15 kilómetros del sitio donde esperan la libertad los otros tres ex congresistas. Salió con dos de ellos del mismo campamento, pero su grave estado de salud no lo dejó avanzar más. Están en un área rural del Guaviare, al sur del país, la misma zona en la que el pasado 10 de enero fueron entregadas Clara Leticia Rojas y Consuelo González.

Esperanza

Si se producen estas cuatro entregas, aún quedarán cuatro civiles en el grupo de rehenes canjeables por guerrilleros presos. Una de ellas es Ingrid Betancourt, ex candidata presidencial y ciudadana colombo-francesa, que el sábado cumplió seis años de cautiverio. En Bogotá se celebró una misa para recordarla. "Ésta es una misa de esperanza" dijo, cargada de optimismo, su madre, Yolanda Pulecio. Asegura que espera tener a Ingrid de regreso antes de que finalice el año.

¿Continuarán estas entregas de rehenes con cuentagotas, con las que ganan puntos en el campo político tanto las FARC como el presidente Chávez? Muchos están convencidos de que la guerrilla liberará a todos los civiles y mantendrá en su poder a los policías, los militares y los tres contratistas estadounidenses para negociar el intercambio de secuestrados por insurgentes encarcelados.

Entretanto, hay muchos intereses en juego: no todas las cartas de los actores de este drama están sobre la mesa. En la entrevista con la Agencia Bolivariana de Noticias, Iván Márquez insistió en que el único y válido propósito es el de "liberar a los combatientes en prisión". Pero el jefe guerrillero fue más allá: "Mientras haya conflicto, habrá prisioneros de guerra".