Israel intenta detener en alta mar a la flotilla de ayuda a Gaza
Cientos de activistas pretenden romper el bloqueo naval
La confrontación se perfilaba el domingo por la noche inevitable en el extremo este del Mediterráneo. El Ejército israelí ultimaba un impresionante dispositivo con el que pretende interceptar a los cientos de activistas propalestinos que navegaban rumbo a la franja de Gaza a bordo de seis barcos. La tripulación de la llamada flotilla de la libertad reiteró que no tenían intención de rendirse. El Ejército insistió en que no permitirá a los activistas atracar en el puerto de Gaza. Naciones Unidas y la Unión Europea han llamado a la responsabilidad de las partes con el fin de evitar el incidente.
"El Ejército de Israel no tiene autoridad legal para abordar los barcos y si lo hiciera, resistiremos de manera pacífica y acudiremos a todos los tribunales posibles buscando enjuiciar a los responsables", indicó el mismo domingo a este diario desde aguas internacionales Manuel Tapial, uno de los tres españoles miembros de la flotilla, a bordo del Mavi Marmara.
El titular israelí de Exteriores califica de "propaganda violenta" la iniciativa
El objetivo de los activistas es hacer llegar a la franja de Gaza 10.000 toneladas de ayuda humanitaria. Más allá de la entrega de materiales de construcción y de medicinas, a lo que de verdad aspiran estos grupos de derechos humanos es a burlar el bloqueo que Israel mantiene sobre la población de Gaza desde que Hamás se hizo con el control de la franja hace tres años.
La travesía de la flotilla se ha convertido en un notable quebradero de cabeza para Israel. Dejar pasar a los barcos supondría un precedente que desde el Gobierno aseguran no se puede permitir. Interceptar las naves conlleva sin embargo riesgos impredecibles. El cuerpo a cuerpo entre los soldados y los activistas en alta mar y el arresto masivo de los componentes de la flotilla podría acrecentar el deterioro de la imagen de Israel, en tela de juicio desde la invasión de Gaza en 2009.
Los miembros del Gobierno no han escatimado advertencias en los últimos días, lo que ha contribuido a incrementar la repercusión mediática de la iniciativa propalestina. El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, ha considerado la iniciativa de los activistas "propaganda violenta" y ha advertido de que su Gobierno no piensa permitir "ninguna amenaza a la soberanía [israelí] por tierra mar o aire".
La Marina israelí se encontraba ayer lista ante la costa de la ciudad de Haifa para frenar a los activistas, cuya idea era llegar a Gaza durante el día de hoy. Miles de soldados y policías han sido aleccionados durante la semana pasada de los planes militares, según detallaba la radio israelí.
El plan de acción del Ejército es el siguiente: cuando la flotilla supere las 68 millas de distancia de la costa, los buques de la armada rodearán a los navíos de los activistas y les pedirán que se rindan. De no acceder a la petición, los soldados recurrirán al uso de la fuerza y detendrán a los tripulantes para trasladarlos al puerto israelí de Ashdod. Allí, pedirán a los activistas que firmen un documento en el que se comprometan a subir a un avión que los devuelva a sus países de origen. Los que se nieguen serán trasladados en autobuses blindados a presidios israelíes donde esperarán la deportación.
Mientras, en Gaza, se preparan grandes festejos y comités de recepción.
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