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EE UU y Rusia sellan el nuevo pacto sobre armas nucleares

Se trata del mayor recorte de arsenales en dos décadas

Antonio Caño

Los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev, cerrarán en una conversación telefónica, posiblemente hoy mismo, los últimos detalles de un extenso acuerdo para la reducción de los arsenales nucleares que quedará listo para ser firmado el mes próximo en Praga. Ambas partes han confirmado que la negociación está muy próxima a su final, pero se está a la espera de que los dos presidentes le den la aprobación. "Será en unos días", dijo ayer el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

El acuerdo, que representará el mayor logro efectivo de Obama en el área internacional, permitirá la sustitución del viejo START, firmado en 1991 por George Bush padre y Mijaíl Gorbachov, por un nuevo tratado que dará lugar al más ambicioso recorte de armamento nuclear que se ha registrado en dos décadas. El START II, que se firmó en 1993, nunca entró en vigor porque no fue ratificado por el Parlamento ruso.

Obama y Medvédev firmarán el tratado en Praga el mes próximo

Aunque aún no se conocen los detalles de lo acordado, Obama y Medvédev anticiparon en una reunión en Moscú en julio pasado una reducción muy significativa en el número de misiles de largo alcance (de los 2.200 actuales a unos 1.500) y un recorte menor en la cantidad de armas nucleares estacionadas en dispositivos móviles en tierra, mar y aire. Ambos presidentes se comprometieron a seguir negociando nuevas reducciones, especialmente en ese segundo apartado, en los próximos meses.

Los dos Gobiernos preparan la firma del acuerdo en un acto que simbolice la trascendencia del evento. Fuentes rusas desvelaron el miércoles, sin que en Washington lo hayan desmentido hasta el momento, que la ceremonia se celebrará a principios de abril, probablemente el día 8, en Praga, casi coincidiendo con la fecha en la que Obama pronunció allí hace un año su famoso discurso abogando por un mundo sin armas nucleares.

Un nuevo START serviría para confirmar la reprogramación de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia conseguida bajo la Administración de Obama. Permitiría crear un clima de confianza propicio para aumentar la cooperación en otras áreas. Pero este acuerdo es, además, un gran revulsivo para el presidente norteamericano con vistas a reafirmar su liderazgo y acelerar su agenda internacional.

Este anuncio llega pocos días después de que el Congreso norteamericano aprobara la ley sanitaria. Aunque no existe conexión entre ambos sucesos, es obvio que la negociación del START estaba esperando a que Obama encontrara tiempo para retirar la mirada de lo que ha sido su obsesión en las últimas semanas.

Obama tiene ahora energías renovadas para acometer otras prioridades, como la de la desnuclearización. El acuerdo con Rusia puede firmarse días antes del inicio en Washington de una gran conferencia internacional sobre la proliferación nuclear y un mes antes de una reunión similar que se celebrará en Naciones Unidas, en Nueva York, para revisar el Tratado de No Proliferación Nuclear.

Todos esos acontecimientos, además de estimular el movimiento contra las armas atómicas y elevar el liderazgo internacional de Obama, pueden darle al presidente norteamericano autoridad para actuar contra los planes nucleares de Irán y Corea del Norte.

La entrada en vigor de un nuevo tratado de desarme con Rusia está condicionada a su aprobación por los parlamentos en los dos países. Desde luego será muy complicado en el Senado de Estados Unidos, más aún en el clima político que se vive como consecuencia de la reforma sanitaria.

Obama se reunió el miércoles con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, John Kerry, y con el republicano de más rango en ese comité, Richard Lugar. Kerry garantizó posteriormente que sacará adelante el tratado y que lo hará durante este año. Para ello necesita los dos tercios de una cámara de 100 escaños en la que los demócratas ocupan (ahora, antes de las legislativas de noviembre) 59. Lugar es un moderado y un internacionalista que podría entender la necesidad de apoyar un nuevo START, pero a su alrededor hay otros muchos senadores (probablemente más después de noviembre) que son verdaderos halcones en materia de armas nucleares y en cualquier apartado que signifique darle una victoria a Obama.

Desarme

- El tratado sobre reducción de armas nucleares que ultiman la Casa Blanca y el Kremlin sustituirá el START, firmado en 1991, que expiró en diciembre.

- El nuevo acuerdo obligará a cada una de las partes a reducir el número de cabezas nucleares desplegadas por debajo de 1.675. En la actualidad, cada una tiene desplegadas unas 2.200.

- El pacto limitará también el número de vectores transportadores a menos de 800, frente al tope de 1.600 establecido por el START.

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