Argelia incrementa la represión contra la comunidad cristiana
Un tribunal juzga por primera vez a una mujer por renunciar al islam
El tribunal de Tiaret, una ciudad argelina de 200.000 habitantes a 400 kilómetros al oeste de Argel, está batiendo récords estos días. Por primera vez, media docena de hombres cristianos están siendo juzgados por practicar su fe evangélica y, por primera vez, una mujer comparece ante un tribunal por haberse convertido al cristianismo.
"¿Te han dado de beber los curas su agua bendita que te llevará al Paraíso?" Ésa fue, según la prensa local, una de las preguntas que el presidente del tribunal formuló el 20 de mayo a Habiba Kouider, de 37 años.
Kouider, educadora, había sido detenida siete semanas antes, cuando la Gendarmería descubrió diez Biblias en el equipaje con el que viajaba en un autobús de Orán a Tiaret.
Conducida ante el fiscal, Mohamed Foulene, éste le propuso un trato: "Si vuelves al islam archivo el asunto; si persistes en el pecado, el peso de la Justicia recaerá sobre ti". Kouider lo rechazó y fue acusada de "practicar sin autorización un culto no musulmán".
El fiscal pidió tres años de cárcel y el presidente del tribunal debía pronunciar ayer la sentencia, pero, inesperadamente, anunció que había solicitado a un magistrado que "complemente" la instrucción del caso.
"Es una salida ante el lío en el que se han metido", afirma Khelloudja Khalfoun, la abogada de la inculpada, que se desplazó desde Tizi Ouzou porque ningún letrado de Tiaret quiso defenderla. "Es un juicio ilegal porque no se requiere un permiso para practicar un culto no musulmán", señala por teléfono. "Además, se han asustado ante el impacto mediático".
La prensa argelina francófona y también la europea ha seguido el juicio con indignación. "A una cristiana argelina (...) se le exige con frialdad que elija entre la cárcel y la mezquita", escribe el diario El Watan. "Es algo nunca visto desde la independencia", añade. Habiba "es víctima de un ambiente de linchamiento y del auge de los lobbies islamo-conservadores", se lamenta Liberté.
Además de la prensa, la secretaria de Estado francesa para los Derechos Humanos, Rama Yade, tachó el domingo de "triste" y "chocante" el juicio de Tiaret y pidió "clemencia" para Kouider. Ningún otro Gobierno europeo se pronunció públicamente. Las dos ligas argelinas de derechos humanos calificaron de "inquisición" el juicio de Tiaret.
Cuando la abogada Khalfoun acabó ayer la defensa de Kouider, tuvo que emplearse a fondo en tratar de demostrar la inocencia de seis jóvenes de Tiaret detenidos el 9 de mayo a la salida del domicilio de uno de ellos. El fiscal pidió dos años de cárcel y 5.000 euros de multa por proselitismo y práctica de culto en un lugar no autorizado.
"Quieren acabar con nosotros", sostiene el pastor Mustafá Krim, de 57 años, presidente de la Iglesia protestante de Argelia. "Empezaron con cautela a finales de 2007, y ahora los juicios ya son colectivos mientras se cierran los lugares de culto", se queja en conversación con este periódico.
El instrumento es, según Krim, la ley de febrero de 2006 que somete a restricciones el ejercicio de cualquier culto, pero que los cristianos consideran dirigida contra ellos.
Bouaddallah Gholamallah, el titular de Asuntos Religiosos, lo desmiente, pero en una ocasión tachó de "forajidos" a los evangélicos y les reprochó querer formar "una minoría que propicie la ingerencia extranjera en los asuntos internos" de Argelia.
Adiós al arzobispo
- Dimisión. El Papa Benedicto XVI aceptó el sábado la dimisión, por razones de edad, de monseñor Henri Tessier, de 79 años, arzobispo de Argel desde hace 20 años. Antes fue arzobispo de Orán.
- Sustituto. En su lugar, el Papa ha nombrado al jordano Ghaleb Moussa Abdallah, de 57 años, especialista del diálogo interreligioso.
- Años difíciles. Entre 1994 y 1996, 19 religiosos, incluido el obispo de Orán, fueron asesinados en Argelia por los terroristas islamistas.
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