Rajoy se acerca a Gallardón en plena refriega con los 'duros'
El líder del PP acude al despacho del alcalde y comparten la mañana - Rajoy le transmitió que está tranquilo y que confía en cerrar la crisis con San Gil
En plena guerra contra los duros del partido, cuando María San Gil amenaza con dimitir, Ángel Acebes le da un portazo, Ana Botella insinúa que no está defendiendo los principios del PP, Jaime Mayor Oreja llama a la resistencia y El Mundo y la Cope le exigen que se marche, Mariano Rajoy buscó ayer el apoyo y pasó casi tres horas con la bestia negra de ese mundo: Alberto Ruiz-Gallardón.
Se reunieron dos veces en privado y tomaron el aperitivo en público
Cualquier contacto con el alcalde de Madrid genera grandes especulaciones en el PP. El sector de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, gran rival de Gallardón, teme que el líder lo coloque en su equipo -ya lo metió en maitines en 2004 y a ella la dejó fuera a pesar de tener mucho más poder-, si no como secretario general al menos como vicesecretario. Ese movimiento generaría una gran batalla en el congreso de junio, porque Gallardón tiene muchos enemigos internos y, sobre todo, mediáticos.
Rajoy, que conoce ese peligro y esos rumores -la propia Aguirre le exigió en una comida a solas en el restaurante madrileño Zalacaín que aclarara si iba a contar con el alcalde y él no le garantizó nada-, se dejó ver ayer durante casi tres horas con Gallardón y miembros destacados de sus respectivos equipos, como Manuel Cobo y Jorge Moragas.
Durante esas tres horas se habló de todo, según algunos de los presentes, aunque Rajoy no aclaró nada sobre su futuro equipo ni le ofreció nada a Gallardón. Se mostró tranquilo y expresó su convicción de que logrará resolver el problema con la presidenta del PP vasco, María San Gil, que pocas horas antes le había dicho a la cara: "Tengo un problema de confianza contigo. Te falta liderazgo". Rajoy trasladó que no está afectado y que sigue teniendo una meta clara: no renuncia ni un ápice a ser el candidato del PP para las elecciones de 2012.
En todo momento se vio a Rajoy y Gallardón como dos personas de confianza. De hecho, desayunó con él, tomó un aperitivo y se reunieron hasta en dos ocasiones. Se sepulta así el recuerdo de aquella amarga noche de enero en la que el líder del PP humilló al alcalde delante de Aguirre excluyéndolo de las listas al Congreso.
La excusa inicial para el encuentro de ayer fueron los cinco minutos de silencio que los políticos madrileños guardaron en la puerta del Palacio de Cibeles (sede del Ayuntamiento de Madrid) en honor al guardia civil asesinado por ETA el miércoles. Rajoy fue invitado al acto de homenaje la noche anterior por Gallardón. Pero antes y después del acto se produjo una reunión y una escenificación del feeling que parece surgir ahora entre ambos políticos.
El líder el PP llegó antes de tiempo a Cibeles. Gallardón venía de la izada de bandera de la plaza de Colón y también apretó el paso para reunirse con él. Estuvieron unos 15 minutos en el despacho del alcalde. Les acompañó el vicealcalde y mano derecha de Gallardón, Manuel Cobo.
Al término de la reunión, los tres bajaron a la calle para rendir homenaje a la última víctima mortal de ETA. Tras los cinco minutos de silencio, Gallardón y Cobo tenían previsto acudir al acto de entrega de las medallas de la ciudad. La presencia de Rajoy en el parque de El Retiro no estaba confirmada ni el Ayuntamiento la esperaba, según fuentes municipales. Pero el líder del PP estaba cómodo y se apuntó. Otra vez apretaron el paso y llegaron con suficiente antelación, una hora y media, para volver a reunirse. Según varios asistentes, aunque se habló de política, el tono se volvió más distendido y se abordó la actualidad del tenis y la tauromaquia.
Tras la entrega de las Medallas de Oro de la Ciudad, Gallardón, Cobo y Rajoy salieron al jardín del Palacio de Cecilio Rodríguez juntos, escenificandola sintonía de la que disfrutan. Y en esas, apareció el concejal del Ayuntamiento de Madrid Íñigo Henríquez de Luna. Hombre cercano a Esperanza Aguirre y cabeza visible de la ofensiva de un sector del PP que reclama elecciones primarias. Alguien, en definitiva, poco amigo de que Rajoy permanezca en su cargo. Aun así, se acercó y se presentó.
-Bueno, presidente, éste es de otro sector... ¿eh?, le soltó Cobo a Rajoy con sorna y marcando la distancia con el concejal de su propio equipo.
A las 14.45, tres horas después de comenzar la representación de confianza y cercanía, Gallardón acompañó a Rajoy a su coche y le despidió efusivamente.
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