Plan sobre plan
En verano de 2008, con el barril a 140 dólares, el Ministerio de Industria presentó un plan de ahorro urgente de 31 medidas, conocido popularmente como el de las bombillas de bajo consumo. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha anunciado hoy que el cumplimiento de ese plan es ya del 92%. Y eso, que varias de las principales medidas no están aplicadas más que en el papel y otras ni eso.
Un ejemplo. La medida 29 dice: "Se reducirá un 50% el consumo energético de iluminación de autovías y autopistas". Lo mismo que anunció el ministro de Fomento, José Blanco, hace unos días, aunque luego no quedó claro si hablaba de consumo eléctrico o de la factura, en cuyo caso no afectaría a la demanda nacional.
Otro más. Un año después, Industria aprobó un decreto (el 1826/2009) para que en cines, centros comerciales, edificios públicos y tiendas de más de 1.000 metros cuadrados la temperatura en verano no baje de los 26 grados y en invierno no supere los 21. La norma establecía que desde el pasado 13 de diciembre estos establecimientos deben informar en una pantalla de la temperatura que hay en cada momento y que no pueden tener las puertas abiertas. La patronal Anged, que agrupa a empresas como Carrefour o el Corte Inglés, intentó validar el sistema de chorro de aire como puerta, pero Industria se negó. Una portavoz de la patronal afirma que están trabajando en ello pero que no es sencillo crear un sistema que muestre la temperatura con precisión.
La medida, basta con pasear por cualquier calle céntrica o ir al cine, no se cumple, pero Industria sí la cuenta como puesta en marcha pues figura en el Boletín Oficial del Estado. Fuentes del departamento admiten que las tiendas ignoran el decreto pero se escudan en que son las comunidades las que deben inspeccionar.
El plan de 2008 también incluía que Industria propondría bajar un 20% la velocidad en vías de acceso y circunvalaciones de grandes ciudades, algo que no llevó a cabo. Sebastián ha justificado que no lo hiciera porque el precio del petróleo se desplomó tras el verano. Sebastián ha dicho que ese plan redujo un 6% la importación de petróleo. Y es tan difícil contradecirle como darle la razón: los planes de ahorro se suceden desde hace años sin evaluaciones independientes posteriores.
Es difícil que alguien serio critique un plan de ahorro de petróleo en un país que importa un 75% de la energía que consume y en el que las importaciones de energía pueden alcanzar este año los 46.000 millones de euros. El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dicho que solo el hecho de que se esté debatiendo públicamente sobre la necesidad de ahorro energético ya es algo positivo. "No se dejen las luces encendidas al salir de la oficina", afirmó Rubalcaba, en un tono didáctico, campechano, acorde con el nivel del debate.
Pero cuando bajó el barril, el ahorro ya no parecía una prioridad. El Ejecutivo enterró su promesa de una Ley de Movilidad Sostenible y de otra de Eficiencia Energéticas y Renovables. Ambas quedaron subsumidas en parte en la Ley de Economía Sostenible, que acabó bautizada como Ley Sinde. Tampoco abordó el prometido cambio del impuesto de circulación para beneficiar a los coches más limpios.
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