El PP desvincula ahora a España de Grecia
Un partido, dos discursos. El PP mostró ayer su cara más institucional al desvincular a España de Grecia, cuya deuda del 150% del PIB ha situado al país al borde de la quiebra. "España ni está intervenida ni financiada por la UE, solo supervisada", defendió en Madrid el coordinador económico popular, Cristóbal Montoro. La frase modula el tono del PP, que en los últimos meses ha jugado a la ambigüedad, cuando no directamente a relacionar la situación de ambos países ("Grecia está como está gracias a políticas como las de España", dijo Rajoy el 5 de mayo).
Montoro marcó también ayer las distancias entre su formación y la conservadora Alternativa Democrática, que el jueves fue conminada por los dirigentes del Partido Popular Europeo, del que es socio el partido de Rajoy, a respaldar las reformas del primer ministro griego, el socialista Yorgos Papandreu.
El coordinador de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, instó el jueves en Bruselas a la oposición helena a apoyar los recortes que exige la UE y el FMI para inyectar a Grecia el quinto tramo del primer rescate (12.000 millones).
"En España no se están haciendo las auténticas reformas, sino modificaciones puramente cosméticas", dijo Montoro, que defendió el derecho de su partido a cargar contra el Ejecutivo de Zapatero. El portavoz económico quitó hierro así a la recomendación del Consejo Europeo, que pidió a los partidos mayoritarios de los Veintisiete respaldar las reformas. "Es una situación excepcional la que estamos viviendo [la del Estado heleno] y no interfiere en las posiciones políticas", aseguró Montoro, que llegó a decir que las recomendaciones del órgano comunitario "no son trasladables a España".
Montoro justificó así la línea dura del PP contra el Gobierno de Zapatero. Los conservadores votaron el miércoles en contra de la negociación colectiva, que salió adelante in extremis con los votos del PSOE y las abstenciones de CiU y PNV. La formación de Rajoy tampoco respaldó en mayo de 2010 al Ejecutivo, cuando el Congreso aprobó por un solo voto el decreto con el mayor recorte de gasto social de la democracia, que incluía la bajada de sueldo de los funcionarios y la congelación de pensiones, entre otras medidas. El PP ha cargado también contra la reforma de las pensiones, la limitación del techo autonómico para controlar el déficit o la política fiscal. El diario Financial Times instó incluso a Rajoy a respaldar las reformas.
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