Concentración silenciosa a gritos
Las discusiones entre grupos opuestos se extendieron por toda la Puerta de Alcalá y se impusieron sobre las tímidas protestas contra ETA
Como si se tratase de la abanderada de España en unos Juegos Olímpicos, una mujer sujeta un cartel con dos fotografías de Raúl Centeno, el guardia civil asesinado por ETA el pasado sábado. Entre las imágenes se lee: ZP tiene que dar una explicación a todos los españoles. Al ver el mensaje, otra señora, de avanzada edad, se acerca todo lo rápido que puede y le increpa: "Los que matan son los de las pistolas. Además, ahora no es el momento de buscar culpables de nada. Hay que estar contra ETA". Con un gesto de indiferencia, la mujer del cartel sugiere: "Eso, sigamos sin echar culpas a nadie que así nos va".
Una hora antes de que se inicie la concentración, prevista para las 19.00, ya se percibe que no va a haber unidad. Un grupo de jóvenes, entre los que se encuentran algunos que habitualmente asisten a los actos de Nuevas Generaciones del PP, portan pancartas con lemas como Negociación no y ZP, ¿dónde estás?, y empiezan a corear gritos contra el presidente, que a su vez son reprimidos por otros que dicen: "¡Zapatero, no estás solo!". "Claro que no", susurra un hombre que pasa por allí: "Está con ETA".
"¡Zapatero, no estás solo!", claman unos. "No, está con ETA", replica un hombre
Antes y después de los dos minutos de silencio, el empeño de la gran mayoría de los asistentes es demostrarse quién tiene más razón. Para qué callarse en una concentración silenciosa, pudiendo discutir. "Pues mire, señora", le espeta un hombre a una mujer, "igual Zapatero no ha venido para que no le pase lo mismo que a Bono en la manifestación de la AVT". "Deje de decir tonterías", replica ella. "Alcaraz [presidente de la AVT] es de las mejores personas que hay en este país". "¿Ah, sí? ¿Y dónde está hoy?". Cerca de allí, una señora de unos 70 años trata de convencer a un joven de que Zapatero ha sido "valiente negociando". "Ay, señora, a sus años y qué engañada está; qué pena". "No hijo, el iluso eres tú, ¿o te crees que Aznar no negoció con ETA?". "Claro que sí, pero es que yo estoy en contra de Aznar, yo estoy con la Guardia Civil", recalca orgulloso el joven.
La guerra entre grupos se extiende por toda la plaza. Cerca de la calle Serrano hay una pelea verbal. Son 30 contra 30. El primer grupo, agolpado contra las vallas, porta banderas de España y pancartas con lemas contra la negociación. Una mujer pasa a su lado y les avisa de que la concentración "es contra ETA, no contra Zapatero". Los otros siguen a lo suyo.
La batalla dialéctica se recrudece al filo de las siete. "Zapatero, embustero", gritan unos. "Viva el Gobierno". "¡Qué vergüenza!", se oye a lo lejos. ¿Gritos contra ETA? Pocos.
Los dos minutos de silencio en memoria de los guardias civiles ponen punto y seguido al alboroto. En medio de una quietud impresionante, sólo se escucha el clic de las cámaras. Cerca de las vallas, las pancartas siguen en alto. Detrás, un hombre con gorra permanece con el puño cerrado. Parece que la tregua durará poco.
Así es. Los dos grupos se colocan frente a frente, como formando trincheras, con las cámaras de por medio. Un joven grita: "¡Zapatero, cobarde! Aquí es donde hay que dar el callo. ¿Dónde está el hombre de paz? ¿Celebrándolo?". La contestación es inmediata: "¿Dónde está? No se ve, el presidente de la AVT". De nuevo Alcaraz, el otro gran ausente. Pero, seguramente, quienes más echan de menos al presidente de la AVT son los vendedores de banderas de España y diverso merchandising patrio. "Así no hay quien venda nada; el acto ha durado muy poco, y luego la gente se ha ido", se lamenta uno de los comerciantes al concluir la concentración.
A las siete y media, la policía toca retirada: "Disuélvanse, por favor". Y, por fin, nadie protestó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.