El crudo salva a Rusia
La primera potencia energética del mundo supera la recesión gracias al auge de los precios del petróleo
"Hemos abandonado la recesión, pero eso no significa que la crisis haya quedado atrás". Las palabras del primer ministro Vladímir Putin, pronunciadas ante el Parlamento ruso hace unas semanas, resumen perfectamente el actual momento de forma del principal productor de energía del mundo. Las previsiones del FMI indican que el país crecerá un 4,2% este año y un 4,3% en 2011, más del doble que cualquiera de los gigantes europeos, EE UU y Japón, lo que efectivamente le convertiría en la primera gran economía mundial en salir formalmente de la crisis.
La primera explicación de este crecimiento apunta al alza del precio del crudo en la primera parte del año. En abril, la cotización internacional del petróleo alcanzó los 87 dólares por barril, el valor más alto en 18 meses. Si consideramos que los hidrocarburos representan más del 10% del PIB ruso -un 25%, según el Banco Mundial- y más del 50% del valor de las exportaciones, no es casualidad que las crisis rusas coincidan con los periodos de inestabilidad del precio del crudo. En diciembre de 2008, el barril bajó hasta los 32 dólares, marcando el comienzo del peor curso para la economía de Rusia en 15 años. La caída del PIB en 2009 fue del 7,9%.
La OCDE pide que no se retiren, por ahora, los estímulos a la economía
Este trimestre, el crecimiento económico ha sido del 4,9% interanual, al mismo tiempo que la OPEP anunciaba que este año se alcanzará un máximo histórico en la demanda de crudo hasta los 86,6 millones de barriles diarios. De estos, casi 10 millones corresponden exclusivamente a las exportaciones rusas. El Gobierno cifra sus estimaciones oficiales para este año en un crecimiento del PIB ruso del 3,3% aunque reconocen que el dato puede estar más cerca del 4%, en línea con el FMI.
Los analistas concuerdan en que esta dependencia del petróleo también ha sido la causante de la rápida recuperación. Los elevados impuestos que el país cobra a la exportación de hidrocarburos -que representan el 35% de los ingresos fiscales- han permitido crear un fondo de estabilización y realizar medidas proactivas como la reducción de impuestos -fomentando la inversión extranjera y la demanda interna- y la fuerte inyección de capital estatal a proyectos de fomento productivo. Esta es una de las principales diferencias con la crisis de 1998, que sorprendió al país sin ninguna planificación fiscal.
¿Interrogantes? Además de la crónica dependencia del petróleo -muy criticada por organismos internacionales-, en su último informe la OCDE pide al Ejecutivo que no abandone demasiado rápido los planes de estímulo a la economía. Los propios gestores de la Administración han reconocido que estos planes tienen fecha de caducidad y que una vez que la economía comience a repuntar deberían ir desapareciendo, aunque no han puntualizado cómo ni cuándo desaparecerán. En 2009, el gasto fiscal ruso representó el 24,7% del PIB.
El problema es saber en qué punto de la recuperación rusa debe retirarse este estímulo. Para la OCDE, todo dependerá de la velocidad con que estos flujos sean sustituidos por inversiones privadas, y para ello ha sugerido que se acaben las medidas discriminatorias que actualmente protegen la industria local en detrimento de los inversores extranjeros. Estos mismos inversores han mostrado en las últimas semanas su confianza en Rusia asistiendo con rapidez a la colocación de bonos soberanos. -
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