El déficit del Estado sobrepasa en noviembre el objetivo de todo el año

En su último acto al frente de la Secretaría de Estado de Hacienda, Juan Manuel López Carbajo insistió ayer una vez más en que el Estado logrará lo que con tanto empeño ha perseguido: cerrar 2011 con un déficit que no supere el 4,8% del producto interior bruto. "Se trata de un objetivo inamovible", dijo por enésima vez. Y sin embargo, los datos de ejecución presupuestaria que acababa de presentar para los 11 primeros meses arrojan unos números rojos del 4,84% del PIB, ligeramente por encima de los previstos para todo el año.

El número dos de Hacienda dedicó la mayor parte de la comparecencia a explicar los factores técnicos que lastran los datos de noviembre y que, según aseguró, se revertirán en diciembre, lo que permitirá al Gobierno central presentar un déficit que incluso puede ser alguna décima inferior al pretendido. Lo que parece casi imposible es que las comunidades autónomas hayan hecho los deberes para dejar la suma de todas las Administraciones públicas en el 6% que marcaba el plan de ajuste pactado con Bruselas.

Hacienda insiste en que cumplirá la previsión del 4,8% al cierre de 2011

La recaudación por el impuesto de sociedades se hunde un 11,4%

Entre los motivos que citó para explicar el desajuste de noviembre, el más importante es el cambio metodológico que introdujo la utilización de la nueva base 2008. Según esta reforma, desaparecen los ingresos de enero y febrero de 2011 por el IRPF, Sociedades e IVA que se hayan devengado en 2010 y a cambio se contabilizan como si se hubieran ingresado en diciembre de este año ingresos de esos tres impuestos que se realizarán en enero y febrero de 2012. Si no se hubiera tenido en cuenta este cambio de base, el déficit del Estado ahora rondaría el 3,3% del PIB en lugar el 4,8%, asegura Hacienda.

Otros factores que perjudican la foto fija que el Ministerio de Economía hace de las arcas públicas a 30 de noviembre son el adelanto en la ejecución de las devoluciones, la variación del calendario de retenciones sobre intereses de la deuda pública y el pago de 3.730 millones de euros realizado en noviembre al Servicio Público de Empleo Estatal. El mes pasado, sin embargo, el Gobierno se pudo anotar 1.800 millones de euros menos de déficit gracias a un adelanto en el cobro del impuesto de sociedades, que de otra forma se habrían contabilizado en el año 2012.

Las cifras presentadas ayer muestran unos números rojos totales de 52.385 millones en términos de contabilidad nacional. Este saldo negativo supone una reducción del 4,9% respecto al mismo periodo del año anterior. En términos de caja, que registra los ingresos y los pagos cuando se hacen efectivos, el desequilibrio que presenta el Estado se reduce considerablemente, hasta los 38.549 millones.

Los ingresos financieros de enero a noviembre superan los 164.000 millones, una cifra prácticamente similar a la del mismo periodo del año anterior. Mientras el IRPF ha recaudado este año un 4% más que en el mismo periodo de 2010 -gracias, entre otras medidas, a la supresión de la deducción de 400 euros-, el impuesto de sociedades ha caído un 11,4%. Pese a la subida de tipos que entró en vigor el 1 de julio de 2010, el IVA solo ha logrado ingresar un 2,5% más que el año pasado.

Los datos de la Seguridad Social, conocidos también ayer registraron hasta el mes de noviembre un superávit de 6.458 millones de euros, prácticamente la mitad del registrado en el mismo mes del año anterior. En porcentaje del PIB, el dato supone un 0,6% frente al 1% de noviembre de 2010. El Ministerio de Trabajo ya ha anticipado que la Seguridad Social cerrará este año en equilibrio o con algunas décimas de déficit, por primera vez desde el año 1999.

Aunque hasta noviembre la marcha de la Seguridad Social arroja un saldo positivo, en diciembre se carga la paga extra a los perceptores de pensiones mínimas por la desviación de la inflación, y también se abona la paga extra de los funcionarios de este organismo. Además, la Seguridad Social arrastra durante todo el año la caída de cotizaciones por la fuerte destrucción de empleo.