Las cajas piden ayudas al Gobierno para evitar una situación "dramática"
El presidente de la CECA advierte de graves riesgos por la duración de la crisis - Reclama cambios contables, nuevos avales y subvención a los hipotecados
"Confieso mi inseguridad cuando les hago estas reflexiones. Son sugerencias sinceras, no impertinencias. Su responsabilidad es pensar sobre ellas y al Gobierno liderar los cambios", reconoció con humildad y firmeza Juan Ramón Quintás, presidente de la Confederación de Cajas (CECA). En su comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, Quintás empezó suave pero acabó con un discurso que rozó el dramatismo. Es consciente de que la morosidad de las cajas está desbocada y muchos les acusan de ser el eslabón más débil del sistema financiero por tener demasiados créditos hipotecarios.
Quintás aprovechó su comparecencia en sede parlamentaria para pedir medidas de choque que cambien la actitud de la Administración, a la que cree dormida o paralizada ante la que está cayendo. "Estamos ante la mayor crisis en 80 años y lo que estamos haciendo no está a la altura. Se deben tomar nuevas medidas. Si fallan, la crisis nos arrastrará al fondo", advirtió a los parlamentarios. También les advirtió de que "si las cosas van mal, podemos tener riesgo sistémico, algo tan dramático que prefiero no comentarlo", en línea con las últimas declaraciones del Nobel de Economía, Paul Krugman.
Quintás propone que el Estado avale títulos que refuercen el capital
En contra del discurso de los bancos, no cree que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) sea una solución para una crisis del sistema financiero. "El FGD es un cementerio donde se entierran las entidades, pero no puede atajar una crisis generalizada. Debemos tener una política preventiva para que los vivos no enfermen y mueran", pidió. En otro momento se quejó de que en el sector "había demasiados enterradores y pocos médicos" y advirtió que la duración de la crisis es lo que puede traer problemas.
Quintás distinguió su comparecencia de la que tuvo hace días Miguel Martín, presidente de la banca. Negó haber cometido errores en la concesión de créditos, "excepto con los inmigrantes y los más desfavorecidos, que está en nuestro ADN desde hace décadas. Nos genera morosidad y lo pagaremos". Recordó que "no pido disculpas porque no hemos vendido Madoff o Lehman, como han hecho otros..." en alusión directa a sus competidores los bancos. También recordó que las cajas son más solventes que los bancos y quiso acabar con la leyenda urbana de que el Estado "deja dinero a las entidades. Lo cobra y a muy buen precio. De hecho, ha ganado 673 millones con los avales y la compra de activos".
Lo que sí reconoció el presidente de las cajas es que entidades con solvencia media "pueden denegar créditos a un buen cliente, si es una pyme, porque se juega la intervención del Banco de España". No obstante, proyectó cifras que reflejaban un incremento de los créditos de un 21%, pero no aclaró si eran grandes préstamos o muchas pequeñas operaciones a clientes minoristas, como le reclamó Joan Herrera, de IU.
Entre la batería de medidas, destacó "un paso más allá de la moratoria hipotecaria. Se debe ayudar a los prestatarios entre la Administración y el sector. Se evitaría morosidad y aumentaría el consumo". También reclamó un cambio contable porque ahora, a los dos años de impago, "nos obligan a valorar a cero una hipoteca, algo que es irreal. No es jugar a los trileros. Se trata de no exagerar los daños". Entre los caminos para fortalecer la solvencia de las entidades, destacó que el Estado avale la emisión de títulos preferentes y deuda subordinada, es decir, capital. Hasta ahora, se facilita liquidez. "Con esta medida no sería necesario que el Gobierno inyectara capital a la banca porque los avales reforzarían los recursos propios", explicó.
Ante los debates sobre cómo se debe ayudar, Quintás lo condicionó a que sea "un acto voluntario, con condiciones férreas que puedan incluir la expulsión de los gestores, con carácter temporal, con transparencia y siguiendo las medidas de la UE".
En su diagnóstico, aclaró que si las medidas comunitarias no se usan pronto, "no las dejarán utilizar porque los grandes bancos ya estarán reflotados y lo cortarán".
Quintás pidió consenso a los parlamentarios, que no rebatieron las tesis principales, y lealtad recíproca. Respecto al banco malo, recomendó quitar los activos buenos y "dejar caer la entidad y que se arruinen los accionistas". El problema es que las cajas no tienen accionistas...
Las advertencias de Quintás
- El Fondo de Garantía de Depósitos es "un cementerio de entidades" cuya dotación "no da ni para empezar" en una crisis del sistema.
- Lo que se está haciendo "no está a la altura de la envergadura" de una crisis que "será más larga" en España que en Estados Unidos o Reino Unido.
- Para afrontar la situación "no hay que pensar en los cadáveres, sino ver si hay coraje para preparar un plan de evacuación del incendio".
- El crédito "no se ha colapsado", sólo ha bajado ante la caída de la solvencia de algunas entidades.
- Quizá las cajas de ahorros se excedieron en conceder préstamos a inmigrantes pero "si eso es una culpa, es una culpa honrosa".
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