La economía española creció en la última década gracias a la aportación de los inmigrantes
Un informe de la Caixa asegura que la inmigración ha impulsado el crecimiento económico un 2,6% anual desde 1995
La economía española creció en la última década un 2,6% anual de media gracias a la aportación de los inmigrantes. Sin su contribución, el Producto Interior Bruto (PIB) hubiera caído un 0,6%, según asegura un estudio que ha hecho público hoy la entidad financiera Caixa Cataluña.
Aunque el peso de los inmigrantes es mayor en España que en otros países de su entorno, la misma tendencia se registra en el resto de países Europa, que si restan la contribución de los no nacionales sufrirían importantes caídas en su economía. Sólo tres países habrían experimentado un crecimiento del PIB en la última década sin la aportación extranjera: Francia, Irlanda y Finlandia.
Raquel Vázquez, del servicio de estudios de Caixa Cataluña, lo ha explicado de esta manera a la Cadena Ser: "La inmigración ha supuesto más del 50% del crecimiento de empleo". Vázquez ha dicho que los inmigrantes han tenido una influencia directa en el aumento del consumo privado y la demanda de vivienda, que son los factores que explican el PIB.
La importancia del trabajo de los inmigrantes en el crecimiento económico de Europa varía en función de los países, oscilando entre los 4,8 puntos de Irlanda (en los que el avance del PIB per cápita pasaría del 5,9% anual al 1,1% sin la inmigración) y los 1,3 puntos de Francia (desde un 1,6% real a un 0,3% sin inmigrantes). La gran mayoría de países europeos registrarían caídas de su producto por habitante si se resta la contribución de los inmigrantes. Los descensos más llamativos son los de Alemania e Italia (-1,5% y -1,2% anual respectivamente), Suecia (-0,8%) y España, Portugal y Grecia (todos con un -0,6%). Los únicos países que mantendrían tasas de avance positivas del PIB per cápita cuando se excluye el impacto de la inmigración son Irlanda (1,1%), Finlandia (0,2%) y Francia (0,3%).
Crecimiento democráfico
La inmigración ha tenido además una importante incidencia en el crecimiento demográfico europeo entre 1995 y 2005, con un incremento de 11,9 millones de personas inmigradas (76%) sobre los 15,7 millones en los que se ha incrementado la población de la UE-15.
Este avance se ha manifestado sobre todo en Alemania (191,2%) e Italia (117,5%), al contrarrestar los descensos registrados por la población nativa. En el caso de España, los inmigrantes explican un 78,6% del crecimiento demográfico, situándose en niveles próximos a la media del área euro (79,4%).
España ocupó el primer puesto en términos de crecimiento de población inmigrante entre 1995 y 2005 con una tasa de avance del 8,4% frente al 3,5% del área del euro y el 3,7% de la UE-15. Gracias a este hecho, España lideró el crecimiento demográfico de los países europeos en la década 1995-2005, con un avance de la población del 10,7%, únicamente superado por Irlanda (14,8%), y a considerable distancia de la media del área del euro (4,4%) y la UE-15 (4,8%).
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