La vieja trova cubana vuelve a pisar EE UU
La presidencia de Obama rompe el aislamiento artístico de los últimos años
Algunas cosas han mejorado entre Estados Unidos y Cuba desde que Barack Obama llegó a la Casa Blanca. Al menos, en lo que se refiere a los intercambios artísticos y a la música, empieza a imponerse cierta "normalidad". El cantautor Silvio Rodríguez acaba de concluir su primera gira por EE UU en 30 años. Silvio, todo un emblema de la revolución, actuó en seis ciudades norteamericanas, la última de ellas en Orlando (Florida) con un éxito rotundo. En unos días, la orquesta Buena Vista Social Club tiene previsto comenzar en Nueva York otra gira no menos simbólica.
Las estrellas de la vieja trova cubana llevan siete años sin presentarse en EE UU debido a diversas prohibiciones políticas. Desde 2003, las trabas impuestas por la Administración de George W. Bush a los intercambios culturales interrumpieron las actuaciones de la mayoría de los músicos cubanos, y también las de esta banda que bajo la batuta de Ry Cooder triunfó en Estados Unidos en 1996. Ahora, sin leyendas como Compay Segundo, Ibrahim Ferrer o Rubén González, ya desaparecidos, Buena Vista regresa a uno de sus patios naturales.
Silvio Rodríguez acaba de realizar su primera gira en 30 años
Alicia Alonso fue homenajeada en el American Ballet Theatre
Entre los que subirán a escena estos días en Nueva York, Chicago y Los Ángeles, están el guitarrista Manuel Galbán, el trompetista Manuel Guajiro Mirabal y el trombonista y director de la orquesta Jesús Aguaje Ramos, para quien el regreso supone "saldar una deuda". "Para nosotros todo esto es muy bonito, porque dejamos un público al que le interesa la música cubana, un público fiel al son, al danzón, al bolero", afirmó Aguaje en vísperas del viaje.
Él, y otros artistas, creen que poco a poco el sentido común empieza a abrirse camino. En los últimos tiempos, varios artistas y grupos cubanos han recibido permisos del Departamento de Estado de EE UU. La cantante Omara Portuondo, el dúo Buena Fe, el compositor Carlos Varela o la orquesta de salsa Van Van son algunos de ellos, además del propio Rodríguez. Se da la circunstancia de que hace un año Silvio no pudo participar en un homenaje a Pete Seeger por su 90º cumpleaños debido a que no le llegó a tiempo el visado norteamericano.
Este mismo mes, el American Ballet Theatre (ABT) rindió un gran homenaje en el Metropolitan Opera House a la directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, al celebrarse el 70º aniversario de la compañía. Alonso actuó con el ABT entre 1941 y 1948, y fue en la compañía norteamericana donde debutó en el papel de Giselle, considerado la cumbre de sus interpretaciones.
Algunos artistas residentes en EE UU también han viajado en dirección a La Habana con autorización del Gobierno de Obama. El grupo puertorriqueño Calle 13 ofreció en abril un concierto en el malecón ante más de 200.000 cubanos. En septiembre de 2009, el músico colombiano Juanes -residente en Miami- pudo organizar un Concierto por la Paz en la plaza de la Revolución con la anuencia norteamericana. Asistieron músicos de varios países y las autoridades de EE UU facilitaron el traslado directo de todo el sistema de audio desde la Florida, además de otorgar decenas de visados para el personal técnico. Más de un millón de cubanos participaron en el maratón musical en la plaza.
"La mejoría es obvia", dice el pintor habanero Gustavo Echevarría, Cuty. En febrero estuvo en Miami invitado por la Universidad Internacional de la Florida para dar una conferencia sobre pintura cubana, y ahora EE UU acaba de concederle de nuevo permiso para que realice una exposición en Miami. "Hay un cambio evidente de actitud. Si con Bush era casi imposible obtener un visado, hoy el Gobierno de Estados Unidos es mucho más flexible, ahora a pocos artistas se lo niegan", asegura.
Observa que esta política tiene un efecto multiplicador. "Las instituciones culturales norteamericanas, tanto estatales como privadas, se han dado cuenta de esta flexibilidad y están interesándose en promover a artistas de la isla, y su participación en encuentros internacionales". Y eso, cree este artista, es "bueno para ambos países". "Ojalá que se mantenga esta línea; la cultura puede poner los primeros ladrillos del puente que más tarde o más temprano unirá a ambos países", afirma. Son muchos los que piensan que ahora hace falta un pasito más. Y de ambos lados.
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