El triunfo del sexo, en el Liceo

Si algún compositor causó verdadero furor en la Viena del siglo XVIII, ése fue, sin duda, el valenciano Vicent Martin i Soler (1754-1806), cuyos éxitos eclipsaron al mismísimo Mozart. Una de sus óperas más divertidas, L'arbore di Diana, que celebra de forma jocosa el triunfo del sexo y el amor sobre la castidad a través de un corrosivo libreto de Lorenzo Da Ponte, abre mañana la temporada lírica del Liceo en un nuevo montaje, coproducido junto al Teatro Real, dirigido musicalmente por el británico Harry Bicket y firmado escénicamente por el español Francisco Negrín.

"Martin i Soler fue inmensamente popular en Viena porque sus óperas eran como un musical de la época, hechas para hacer disfrutar al público con melodías pegadizas y situaciones cómicas", afirma Negrin, que se ha inspirado en los dibujos del manga para poner en pie "un espectáculo muy joven, de estética pop, picante y cargado de sensualidad y sexualidad".

Tres voces estadounidenses, la soprano estadounidense Laura Aikin, el sopranista Michael Maniaci y el tenor Charles Workman, interpretan los personajes de Diana, Amor y Silvio al frente de un reparto en el que figuran el tenor australiano Steve Davislim, el bajo italiano Marco Vinto y la soprano española Ainhoa Garmendia.

Sátira contra el puritanismo

La obra, inédita en el Liceo y rescatada del olvido el pasado diciembre por el Palau de las Arts de Valencia, plantea en clave de humor, la lucha interna de un personaje mitológico, Diana, diosa de la caza y de la castidad, por mantener su virginidad y la de sus ninfas en un clima de sátira contra el puritanismo en el que triunfa el amor y el sexo sobre la represión de los impulsos, tema muy propio del carácter libertino del célebre Da Ponte.

La apuesta del Liceo y el Real por este título se inscribe en la creciente recuperación de la obra lírica de Martin i Soler, autor hoy poco conocido que en vida gozó de una popularidad sin límites en Viena, en cuyo Burgtheather estrenó en 1787 L'arbore di Diana, con éxito arrollador.

"Su música es fácil de recibir, sus melodías son pegadizas y el tema del libreto, que denuncia la estupidez de la castidad con gran sentido del humor, invita a un tratamiento teatral fresco y directo, con toques de cabaret y escenas dignas de una película de Almodóvar", comenta Negrín, " Tiene una estética pop, con colores y dibujos del manga, pero el montaje usa los mecanismos típicos de una ópera buffa con elementos barrocos".

Versión propia

Para Harry Bicket, la "eterna comparación con Mozart" que persigue al compositor valenciano es totalmente injusta. "Martin i Soler nunca quiso imitar a Mozart, al contrario, era capaz de escribir melodías pegadizas que cautivaban al público, y eso no es tan fácil", explica el director musical del montaje. "Mozart era más sofisticado, pero sus óperas fueron mucho menos populares en Viena". Bicket explica que, ante los diferentes manuscritos que se han conservado, con muchos cortes y cambios, el Liceo ha optado por presentar una versión propia.

El papel de Diana tiene arias de tremenda dificultad, pero lo difícil es acertar en la composición de un personaje muy sensual, pero con un carácter a la vez muy guerrero y masculino, explica la soprano Laura Aikin, que debe interpretar en esta obra "una de las escenas con mayor carga sexual que he cantado nunca".

Negrín sonríe y reconoce que hay escenas "un poco subiditas de tono" y muy festivas. Eso sí, todos coinciden en subrayar la modernidad del tema: "La castidad de Diana no obedece a reparos religiosos sino por miedo a enamorarse, y lo que en definitiva denuncia la obra es la imposibilidad de contener el propio deseo sexual".