Los primeros compases de la vida
Unas jornadas en Santo Domingo de Silos buscarán crear una coreografía sobre el origen de la vida a partir de una teoría científica
Dos amigos desde la adolescencia, Fernando Marcos (fotógrafo de la Compañía Nacional de Danza) y Carlos Briones (bioquímico del Centro de Astrobiología -CSIC/INTA- y escritor), se ponen un día a hablar del origen de la vida, tras una conferencia. El fotógrafo pregunta mucho y el científico trata de simplificar, hasta que cae la pregunta: "¿Cómo sería el movimiento de esas primeras moléculas de vida?, le planteé", recuerda ahora Fernando Marcos. "Enseguida lo llevé a mi terreno, al de la danza, y nos pusimos a pensar cómo podrían representarse con bailarines es primeros instantes de la vida".
El sábado 9 y domingo 10 de abril , a estos dos amigos inquietos - que comparten un proyecto llamado Metáfora para estudiar las fronteras entre la ciencia y la creación - se les unirá Hervé Palito, director de la Compañía Nacional de Danza, Luisa María Arias, coreógrafa de la misma compañía y dos bailarines de la misma. Buscarán materializar en una coreografía esa danza de las primeras moléculas biológicas en el Convento-Hospedería de San Francisco, en Santo Domingo de Silos, cuya fundación sufraga las jornadas. En paralelo, Fernando Marcos expondrá sus fotografías sobre el movimiento humano, captadas en los diez años que lleva trabajando en la CND. "Cada uno intervendrá desde su campo concreto, pero con flexibilidad", explica Marcos. "Si, por ejemplo, el planteamiento científico dice que el movimiento lógico tiene que ir de una manera, pero la escenografía lo hace imposible, tendremos que ir adaptándonos". Durante y después de la intervención individual de cada uno de ellos y la puesta en común en una mesa redonda, dos bailarines de la CND trabajarán sobre cómo interpretar con sus movimientos las conclusiones sobre esos primeros compases de la vida.
Pero, ¿desde qué teoría científica sobre el origen de la vida se planteará esta coreografía? "Existen diversas teorías científicas sobre el origen de la vida que tratan de explicar ese paso de la materia inanimada a los organismos vivos", apunta Briones. "La hipótesis con la que trabajo en mi laboratorio, y la que me parece más sugerente para el mundo de la danza, es la que llamamos 'Mundo RNA'. En ella se mantiene que esta molécula, el ácido ribonucleico, fue la primera capaz de almacenar información genética, llevar a cabo reacciones metabólicas y evolucionar", comenta.
Uno de los primeros escollos que tendrán que salvar los cuatro participantes de estas jornadas es cómo fue el primer movimiento de una molécula capaz de evolucionar, "algo que a ciencia cierta es imposible de saber", en palabras de Carlos Briones. "Imaginamos que las primeras moléculas de RNA se moverían de forma ondulante, aunque muy precisa y veloz", esboza. "Estarían vibrando constantemente, y reaccionarían rápidamente ante un cambio en la concentración de sal, en la temperatura, en la acidez... Tal vez podemos imaginar las primeras moléculas de RNA como pequeñas serpientes inquietas que nadan por el agua y se enroscan sobre sí mismas".
Los dos bailarines de la Compañía Nacional de Danza irán plasmando con sus cuerpos las conclusiones de cada uno de los ponentes en ese mismo momento. Y lo harán 'en seco', pese a que la vida es indisociable al agua. "El origen de la vida se produjo en el mar, en un agua no demasiado limpia", explica Briones, así que "lo más fidedigno sería realizar la coreografía en el fondo del mar o, al menos, dentro de un gran charco. Pero en la propuesta se usarán algunos recursos escénicos que pueden ser muy útiles para reflejar en qué entorno dio la vida, nunca mejor dicho, sus primeros pasos".
Los cuatro conferenciantes tendrán que ponerse de acuerdo también en el vestuario, en el color que imperará en la escena ("las moléculas de RNA no tienen color", apunta el bioquímico, "pero el agua en el que surgieron, con otras moléculas disueltas o en suspensión, tendría un aspecto turbio, quizá de color marrón claro") o en la banda sonora (que Briones imagina "como una transición desde los sonidos más metálicos y fríos del mundo mineral hasta las melodías orgánicas y dulces que arropan a la vida") de esos primeros pasos de la vida.
Babelia
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