Entre la pintura y la fotografía
El Museo Thyssen analiza la obra de uno de los grandes pintores alemanes del siglo XX, Otto Dix
Estudiar el estilo realista de Otto Dix y analizar su relación con su amigo el fotógrafo de retratos, Hugo Erfurth. Ese es el objetivo de la exposición Otto Dix. Retrato de Hugo Erfurth, una muestra monográfica que se podrá visitar de forma gratuita en el Museo Thyssen de Madrid desde el 11 de marzo y hasta el 18 de mayo. Hugo Erfurth con perro de 1926 es el cuadro del que han partido los departamentos de Pintura Moderna y Restauración del Museo para analizar la obra de uno de los grandes pintores alemanes del siglo XX.
Dix y Erfurth se conocieron en la Academia de Bellas Artes de Dresde en 1920. Dix había estado cuatro años en el frente y Erfurth ya era un reputado fotógrafo. El interés de éste por retratar a la nueva generación de artistas afincada en Dresde, uno de los centros culturales más activos del momento, propició el inicio de su amistad, que continuó durante algunos años.
La competencia de la fotografía
La muestra profundiza en un capítulo fundamental del debate artístico de esos años: la equiparación de la pintura y la fotografía. Dix y Erfurth compartían el mismo interés por el retrato y compartieron muchos de los personajes que retrataron. Ambos eran conscientes de la competencia que el auge de la fotografía suponía para el género del retrato en pintura y no permanecieron ajenos a la polémica. Dix manifestó en diversas ocasiones su convencimiento de la superioridad de la pintura frente a la fotografía a la hora de captar la interioridad del individuo: "la fotografía sólo puede captar un instante pero nunca podrá crear la forma específica e individual, ya que esto último depende de la capacidad creativa y de la intuición del pintor".
Ahora, el museo ha reunido algunas obras de ambos artistas para comprobar cómo se influyeron mutuamente y comparar el estilo pictoricista del fotógrafo frente a la técnica casi fotográfica del pintor.
Realismo crítico
Tras algunos experimentos expresionistas, futuristas y dadaístas, Dix se decantó por un lenguaje realista propio que le permitía mostrar de manera crítica su repulsa por la sociedad que le rodeaba y que le convirtió en uno de los máximos representantes de la Nueva Objetividad (Neue Sachlichkeit). Dix recupera las técnicas y estilos antiguos, sobre todo de los artistas del Renacimiento alemán, como Durero o Cranach. Esos recursos técnicos le ofrecieron el medio para lograr la preeminencia de la forma sobre el color y la objetividad crítica que buscaba, acentuando el realismo de su estilo.
Dix retrató por primera vez a Hugo Erfurth en 1922. Después, lo hará en varias ocasiones. Cuando en 1926 pinta Hugo Erfurth con perro, Otto Dix había abandonado el tono crítico de obras anteriores, aunque mantenía aún la técnica mixta sobre tabla. Dix pintó también con esta técnica al pastor alemán que acompaña a su dueño en este retrato, Ajax, en 1928, en solitario. Esta obra, junto a dos dibujos preparatorios del cuadro del Museo, podrá contemplarse en la sala, junto a algunas fotografías de Hugo Erfurth.
Babelia
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