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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un irregrular refrito

El cabo del miedo proviene de otra película, popular en su tiempo y, aquí titulada El cabo del terror, realizáda en 1962 por J. Lee Thompson e interpretada por Gregory Peck y Robert Mitchum, que hizo allí un trabajo a mitad de camino entre la contención y la desmesura, memorable por su brutal energía irónica. Y dentro de una película de terror convencional, destinada al consumo de emociones enlatadas, surgió inesperadamente, por obra del genio de un actor, un destello de tragedia verdaderamente terrorífico.Peck y Mitchum vuelven a intervenir en papeles episódicos de este refrito, y el segundo está presente de manera indirecta en la recreación de su personaje por Robert de Niro, que lo ha elaborado en clave de actuación contraria a la que empleó Mitchum entonces. Una interpretación solapadamente polémica, que se convierte en invitación a comparar los trabajos de ambos intérpretes y sacar consecuencias -nada favorables a Robert de Niro- de su cotejo recíproco.

El cabo del miedo

Dirección: Martin Scorsese. Guión:Wesley Strick, basado en la novela de John MacDonald The executioners. Fotografia: Freddie Francis. Música: Bernard Hermann y Elmer Bernstein. Estados Unidos, 1991. Intérpretes- Robert de Niro, Nick Nolte, Jessica Lange, Juliette Lewis. Cines: Gran Vía, Proyecciones, Peñalver, Excelsior, Aragón, España, La Vaguada y (en V. 0.) Bellas Artes y Renoir.

En El cabo del miedo, Scorsese cuenta una historia que le es ajena y por ello la primera,vez que filma en disonancia con el compromiso íntimo de su obra anterior, alimentada siempre de su experiencia personal de la vida. Scorsese filmó siempre relatos cálidos y próximos, mientras que aquí calcula con cabeza fría un trabajo distante, cuyo fondo le tiene sin cuidado. Es un profesional que sabe mucho de su tarea y que ahora exhibe sus dotes de buen conocedor de los entresijos del oficio cinematográfico. Es por ello este filme más una exhibición de las facultades de un filmador que otra floración del creador que hay bajo ellas.

Ejercicio mecánico

Es El cabo del miedo una película impecablemente realizada, pero fríamente desarrollada y resuelta: un ejercicio que sabe a cosa mecánica y, por ello, no a verdadera ficción, sino a esa falsa ficción que es el fingimiento. Y esto pese a que Scorsese intenta (como coartada frente a quienes aman su cine) elevar el guión a su manera de elevar la vida a la pantalla. Por ejemplo, la explicitud (censurada en la primera versión) del acoso sexual a una niña -que es un desgarro constante en el mundo urbano trágico del cine de Scorsese- acerca el frío mecanismo del filme al apasionado estilo de su director. Y la resolución de este acoso (que en el guión era resuelto en una violación física frustrada) en forma de violación psicológica, de una obscena, bestial e incluso blasfema vulneración de la sagrada inocencia de la muchacha, es un rasgo digno de la generosidad de este cineasta, ahora embarcado en una aventura situada mucho más acá del radio de acción de sus alcances como creador de cine.Hay otras cosas dignas en este filme indigno. No en vano lo ofician los rostros de Jessica Lange, Nick Nolte y Robert de Niro. Pero a un filme interpretado por tres aristócratas de su trabajo y dirigido por Scorsese hay que pedirle más que simple dignidad. Peor aún: en ocasiones tal dignidad ni se asoma a la pantalla, y ésta se vuelve por ello indignante. Por ejemplo, la mentirosa, hueca y rimbombante escena final, quebrada de ritmo, en la que el crescendo de tensión se alarga innecesariamente y sostiene su alargamiento con marrullerías dilatorias vergonzosas (y ahí naufraga la idea del naufragio) si se tiene en cuenta quién la hace. Es rastrero que Scorsese, puesto a jugar con una suspensión del ánimo, una escalada visual de terror, juegue con cartas marcadas: con fáciles trucos y epidérmicos sustos. Y que ensucie su talento comportándose como un filmador mercenario.

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