La escuela de los sueños
Una exposición recupera los años de esplendor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Complutense de Madrid
Hace 75 años el presidente de la Segunda República, Niceto Alcalá-Zamora, inauguraba junto a varios ministros el emblemático edificio racionalista que se convirtió en paradigma de la educación en España durante tres prolíficos años. La exposición La facultad de filosofía y letras de Madrid en la Segunda República, en el centro cultural Conde Duque, abierta hasta el 17 de febrero, da cuenta de la importancia del continente y contenido de este edificio en la historia de España.
Era enero de 1933 y en la fotografía que abre la muestra se ve a Manuel García Morente, el orgulloso decano de la única facultad que llegó a funcionar y a florecer en el moderno campus universitario soñado por el rey Alfonso XIII. Tan sólo tres años después, ese icono de la arquitectura y de la revolución educativa, de la inclusión social y de género -el 70% del alumnado eran mujeres-, se convertiría en escenario de la guerra y refugio de la XII Brigada Internacional. Su recién acabado mural en homenaje a las civilizaciones se quedó hecho añicos y los libros que atesoraba la jefe de biblioteca, Juana Capdeville, se usaron como ladrillos de barricadas. Un edificio soñado para el crecimiento intelectual convertido en campo de batalla.
El edificio, ideado para el crecimiento intelectual, acabó en campo de batalla
Restaurado tras la guerra, en 1945, la Facultad encierra cientos de historias sobre la educación, la intelectualidad, el espíritu innovador e, incluso, las tragedias de quienes llenaron sus aulas entre enero de 1933, año de su inauguración, y 1936 cuando fue sitiada por la Guerra Civil. Los comisarios Santiago López-Ríos y Juan Antonio González Cárceles tardaron tres años en recoger documentos, fotografías, planos y mobiliario, que acompañados de documentales con testimonios de quienes vivieron aquellos años, permiten adivinar las figuras de notables maestros: José Ortega y Gasset, María Zambrano, Américo Castro o Manuel Bartolomé Cossío, fundador de las Misiones Pedagógicas. Se han rescatado también diarios, fichas de registro y hasta cuadernos de notas de alumnos de entonces, como Julián Marías, Isabel García Lorca o María Ugarte. Un enorme esfuerzo, que aún continúa, que ha implicado localizar piezas de colecciones privadas y poco a poco identificar a las personas que aparecen en las fotografías.
Destaca la imagen de García Morente, decano y catedrático de ética, "que trabajó mano a mano con el arquitecto y constructor del edificio, el joven Agustín Aguirre López", comenta López-Ríos, vicedecano de Actividades Culturales de la Facultad de Filología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). García Morente "no sólo demostró su compromiso con el renovador espíritu de la facultad en su nuevo entorno, con la incorporación, por ejemplo, de verdaderos expertos en el estudio de las lenguas modernas, sino que promovió la eliminación de los exámenes por asignatura", agrega. Pero García Morente fue más allá con un proyecto que seduciría hoy a cualquier estudiante universitario, en estos tiempos.
Casi al cierre de la muestra, aparece la maqueta del Ciudad de Cádiz, el enorme crucero, en julio de 1933. El maestro García Morente llevaba a más de 200 alumnos a conocer a pie de calle las maravillas del Mediterráneo. María Ugarte, una de las alumnas, que hubo de refugiarse tras la guerra en República Dominicana, donde reside, lo recuerda: "No puedo, ni quiero, olvidar aquella magnífica experiencia que demostró que la convivencia es posible cuando prima el respeto mutuo en las relaciones entre personas muy diferentes; y el ideal que todos persiguen es la cultura...".
"Esperamos que se vuelvan los ojos hacia este edificio histórico y que sea declarado monumento nacional", dice Juan Antonio González, mientras contempla la fotografía de García Morente, el decano rompedor, al que la guerra refugió como sacerdote de la iglesia y que falleció antes de poder verla resurgir de sus cenizas.
Babelia
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